El sarampión es una enfermedad causada por un virus que se encuentra en las secreciones de la nariz y la faringe, por lo que se contagia cuando la persona infectada tose o estornuda y las gotitas de saliva que expulsa penetran por la vía respiratoria de quienes no han sido vacunados y no han padecido ese problema. Con un periodo de incubación en el organismo de una a tres semanas, la transmisión ocurre entre cuatro días antes y cuatro días después de comenzar la aparición de ronchas en el cuerpo, informó la Secretaría de Salud.

El cuadro clínico se caracteriza por la presencia de fiebre, manchas rojizas y elevadas sobre la superficie de la piel que se distribuyen de cabeza a extremidades, irritación ocular, catarro tipo rinitis, tos y podrían observarse manchas pequeñas con centro blanco en mucosa bucal, detalló en un comunicado al recordar que el pasado 14 de marzo en la Ciudad de México se detectó un caso importado de sarampión en un niño de 4 años ocho me-ses procedente de países europeos.

Explicó que para no tener complicaciones graves, prevenir hospitalizaciones y evitar el contagio a otras personas, es recomendable el aislamiento en casa. Por tratarse de una enfermedad viral, no se requiere tratamiento antibiótico, a menos de que se presenten complicaciones como neumonía bacteriana.

En todos los casos debe tener una nutrición adecuada e ingesta de líquidos para prevenir casos de deshidratación.

Indicó que las complicaciones más frecuentes por sarampión son otitis media, neumonía, laringotraqueobronquitis, encefalitis y diarrea grave, las cuales pueden ser atribuibles a la replicación viral o a una infección bacteriana agregada.

Recordó que se trata de una enfermedad prevenible por vacunación y el esquema es de dos dosis, la primera a los 12 meses cumplidos y la segunda a los seis años.

La Secretaría de Salud agregó que para evitar que se registren casos autóctonos de sarampión en el país, se recomienda a madres, padres y personas tutoras o cuidadoras llevar a inocular a las unidades de salud a niñas, niños, así como a los adolescentes en caso de que les falte alguna dosis para completar los esquemas de vacunación.