uiza, un pequeño país que supera 40 mil kilómetros cuadrados, se encuentra en el centro del viejo continente; sus límites territoriales de 2 mil kilómetros lo hacen compartir frontera con Alemania, Austria, Francia, Italia y el principado de Lichtenstein.

Recorrerlo de norte a sur y de este a oeste es posible si se goza de tres semanas a ritmo pausado. Es importante practicar un mínimo de flexibilidad lingüística, ya que se reconocen oficialmente cuatro idiomas: alemán, italiano, francés y el retorromance, practicado por un grupo muy pequeño; la lengua predominante es el alemán.

La diversidad está determinada por la territorialidad de los 26 cantones –comparados con estados– en que se divide el país. Tiene tres zonas geográficas y los Alpes es la más extensa y cubre casi 70 por ciento de territorio montañoso.

Un considerable número de cumbres se sitúan por encima de los 4 mil metros; para el visitante resulta de un impacto visual exuberante, pues muchas se encuentran cubiertas de nieve en su punto más alto; son más de mil kilómetros de glaciares bajo un cielo azul despejado, cuya imagen revela las populares tarjetas postales que se siguen enviando por correo por los turistas a los que hoy se les califica de retro y que no se conforman con enviar fotos por el teléfono móvil.

Son variadas las actividades que se pueden realizar en los Alpes, la práctica de deportes invernales, el alpinismo, el senderismo o andar en bicicleta acondicionada para la montaña. El acceso es mediante modernos teleféricos. Aquí se encuentra la estación ferroviaria más alta de Europa a casi 3 mil 500 metros sobre el nivel del mar, en la montaña del Jungfrau.

La población de llegada a esta región se llama Grindelwald, que adquirió notoriedad por haber sido fuente de inspiración de la británica JK Rowling para las figuras del libro de 2001 Animales fantásticos y dónde encontrarlos, aquellas del mundialmente famoso personaje de Harry Potter.

Aunque ya Grindelwald era punto de encuentro de turistas por la incomparable belleza de su entorno, además de los visitantes que practican deportes de montaña. La fama que trajo consigo el libro convirtió esta pequeña población, que no llega a 4 mil habitantes, en destino imprescindible en Suiza.

El país cuenta con mil 500 lagos y la importante fuente de agua dulce constituye un papel en las reservas acuíferas de Europa. Mantenerlos en un estado óptimo también implica una inversión económica considerable.

La prosperidad del país se basa en los elevados salarios en todos los niveles, especialmente en el área de servicios, por lo que algunos empleados del área gastronómica establecen su residencia en poblaciones cercanas a las fronteras y se trasladan diariamente a Suiza. El salario mínimo va de 3 mil a 4 mil euros –entre 55 y 70 mil pesos mexicanos–.

La neutralidad de Suiza es uno de los pilares de su política exterior eximiéndola de participar en conflictos o alianzas militares, reconocimiento que tiene a escala internacional.

Alia Lira Hartmann, corresponsal