l desafío del presidente Lázaro Cárdenas para decretar el 18 de marzo de 1938 la expropiación del petróleo marcó un hito en la historia de nuestro país. El acto fue resultado de la ejecución de la Ley de Expropiación de 1926 y del artículo 27 de la Constitución mexicana, por lo que el gobierno mexicano se apropió legalmente de las compañías que controlaban la industria.

El camino para lograrlo no fue fácil. México salía de una guerra civil y buscaba desterrar la figura de los caudillos, personificada por Plutarco Elías Calles, para pasar al régimen de instituciones. Entre las primeras medidas que tomó Cárdenas fue organizar la base sindical, por lo que en 1935 consiguió agrupar en un solo sindicato a todos los trabajadores petroleros. Esta unión significó una enorme fuerza, porque entonces Cárdenas contó con un arma lo suficientemente poderosa para desafiar no sólo a Calles, sino a todas las compañías petroleras.

Una vez que Cárdenas tuvo la suficiente fuerza junto a los trabajadores sindicalizados enfrentó un problema mayor. Los integrantes del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana demandaron la firma de un contrato colectivo que incluía mejores condiciones de vida. Las empresas extranjeras fueron respaldadas por sus gobiernos y se opusieron mediante una serie de medidas legales a mejorar las condiciones laborales del sindicato petrolero.

Con gran habilidad, Cárdenas se movió como en zigzag y de manera astuta, se enfrentó a la presión que ejercieron las compañías estadunidenses de retirar sus fondos bancarios para provocar una crisis económica. Sin embargo, en un momento crucial, la postura que tomó el presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, fue decisiva, ya que veía con simpatía a México y reconoció su derecho a expropiar la industria petrolera.

La expropiación petrolera fue una de las grandes hazañas de Lázaro Cárdenas, quien tuvo la visión de prever lo que el petróleo significaría para la economía del país y nuestra soberanía energética. Este hecho ha constituido un legado muy importante porque ha permitido mantener a flote nuestra economía. Contra este legado ha habido intentos de modificar el artículo 27 o su espíritu, pero se ha logrado mantener el texto en forma tal de garantizar la expropiación, y los gobiernos que han intentado modificarlo para abrir la industria petrolera totalmente a los extranjeros han fracasado.