Rocreativo es una sociedad cooperativa en la que padre e hija han desarrollado el ingenio para la transformación de los antiguos discos de vinil y convertirlos en relojes de pared. Reusar los acetatos, además de favorecer al medio ambiente, permite darles una nueva utilidad con diseños personalizados a estos acetatos hechos a base de petróleo, los cuales tardan muchos años en desintegrarse.

Con apenas 19 años, Karen planteó la idea del negocio a su padre Alberto Andrade, quien ya había creado su primer reloj sobre disco de vinilo como parte de un desafío personal ante el reto que un amigo le lanzó al comentarle que en México nadie podría crear un reloj de este tipo.

El diseñador, dedicado a la publicidad, hizo el primer reloj de pared con la imagen de la serie Star Wars. Apenas lo exhibió y en segundos encontró comprador; a partir de ese momento empezaron a crear decenas de diseños, todos diferentes porque es la historia de la persona que lo adquirió.

Alberto aprendió a elaborar estas máquinas del tiempo a prueba y error. Durante meses trabajó en los primeros diseños; al principio resultó difícil trabajar el disco, pero mientras avanzaba en la creación la complejidad se reducía.

Karen lo alentaba en todo momento y empezó a exhibirlos en sus redes sociales, yo que soy de otra generación no creía que así nos haríamos de clientes. Me preguntaba: ¿cómo vamos a venderlos por Internet?, pero llegaron los primeros pedidos.

Ambos tienen una profesión: Karen estudió sicología y Alberto es publicista; sin embargo, empezaron a elaborar esta nueva artesanía. Los primeros pedidos los tuvieron luego de la recolección de discos, sin ningún anticipo, nada más el diseño que el cliente pedía era el que trabajaban, para lo cual invertían recursos propios.

Más tarde la gente les entregaba el acetato que ya no querían y ellos a cambio les diseñaban un reloj, en una labor con el trueque como base, comenta la joven.

Hacer la imagen y plasmarla en el disco fue el primer paso, luego tenían que cortar el diseño sobre el vinilo; la falta de equipo incrementaba los costos de producción porque contrataban el servicio, para luego montar la maquinaria que haría funcionar el reloj.

El esfuerzo tuvo su recompensa y recibieron el primer apoyo del programa de Economía Social que desarrolla la Secretaría del Trabajo del Gobierno de la Ciudad de México, lo que les permitió constituirse como sociedad e incluir a tres personas más: Jessica, hermana de Karen, así como a Luis David Ruiz y Rafael Pérez.

Ya como sociedad lograron adquirir algunas máquinas y entonces Rocreativo empezó a poner su marca en las redes sociales, aumentaron los pedidos y los nuevos socios ayudaron a realizar las entregas sin problema.

La pandemia de covid-19, a pesar de lo duro que fue, les permitió consolidar el negocio. Los pedidos crecieron y en consecuencia sus ventas fueron a la alza. De esta forma no sólo les alcanzó para sostenerse como familia, también para apoyar económicamente a algunos de sus integrantes que enfermaron, recuerda Karen.

No obstante, ya como un negocio con ganancias a favor, seguían contratando el trabajo para cortar los diseños sobre el disco, fue entonces que recibieron un segundo apoyo de fomento para estas sociedades de emprendedores que también entrega la Secretaría del Trabajo, lo cual les permitió comprar el láser, su principal herramienta de trabajo, con el cual cortan el disco para grabar los diseños y pasaron a ser autosuficientes y entonces aumentó la producción.

Ahora, ya con 25 años, Karen y su padre aseguran que Rocreativo tiene sus días fuertes: temporada navideña, Día del Padre, del Médico, del Maestro, el 14 de febrero, que ante la demanda el pasado Día del Amor y la Amistad se vieron obligados a cerrar la lista de pedidos cinco días antes para evitar los incumplimientos.

Ampliaron su catálogo con nuevos productos, pues ahora graban playeras, sudaderas, bolsas ecológicas, llaveros e imanes que elaboran con material reciclable, porque también se reconocen como una empresa sustentable.