Tras dos décadas, el festival se muda al Autódromo Hermanos Rodríguez // Inaugura su transmisión por streaming en Amazon
Domingo 17 de marzo de 2024, p. 7
Quizás fue el calor, quizás fue el cambio de lugar del Foro Sol a la Curva Cuatro del Autódromo Hermanos Rodríguez o a lo mejor se debió al congestionamiento vial, pero al final la 24 entrega del Festival Iberoamericano de Cultura Musical Vive Latino se colmó de gente, grupos y música con 80 mil asistentes y por supuesto la primera parte se la llevó el inglés Billy Idol, que elevó a la estratosfera el ánimo festivo del respetable, al slam dance no se le vio fin, con los miles y miles de mosh pitt personales que se segregaron exponencialmente a lo largo y ancho y al frente de la figura de Billy Idol. Quizás la canción inaugural Dancing With Myself, implantada en la sique de los fanáticos del cantante influyó en el ánimo para que todos se abstrajeran en el mundo musical de Billy… de Billy Idol.
Cinco escenarios
Este espacio musical que ha sido clave en la creación de públicos, como termómetro de la coyuntura política, en momentos electorales, para levantar la voz a favor del zapatismo y por supuesto en el surgimiento de grupos musicales, comenzó SGT Papers, seguido de Out Control Army, prolongado con Chingadazo de Kung Fu, Wiplash Nash y Stilo, quienes iniciaron las hostilidades en los cinco escenario musicales del Vive Latino, que tuvieron una tímida caricia del respetable.
Los que llegaron para poner a caderear riquísimo al público fueron Los Cafres y sus coterráneos del Cono Sur La Vela Puerca no se quedó atrás y también hizo lo propio. De igual forma salió el grupo argentino No te Va a Gustar que aplicó todo el rigor de su nombre y sólo reunió a una relativa pequeña cantidad de personas para la hora.
El primer gran momento de la tarde, cuando los rayos del Sol trataban de forma más tersa a los fanáticos del Vive Latino, fue protagonizado por Bratty, quien con su overol rojo y en conjunción con su pelo del mismo color que parecía estar en llamas, la sinaloense se rifó, entre otras canciones, con su díptico dialéctico Honey, no estás y Quiero estar, que hizo las delicias de su aferrado público que cantó a todo pulmón. A Bratty la precedieron Insite y Lng-Sht.
En la Carpa Intolerante, el espacio para grupos emergentes futuros llena foros principales, se dio un enorme sobresalto con la presencia de La Bande Son Imaginarie, quienes con su estética salida de un mundo onírico, surreal y ecléctico de una mente atestada por la imaginación llevaron al público a un lugar intermedio entre el gozo y la ensoñación musical, quienes por momentos parecieron disolverse en un ambiente espectral del escenario.
Agasajo con Fito Páez
Llegó el turno de Fito Páez, quien con su piano cantó El amor después del amor, Al lado del camino, A rodar la vida, con un impresionante público. Ya comenzaba el dominio de la penumbra y los seguidores de Páez, antes de que acabara su participación mostraron las luces de sus teléfonos celulares para festejar el agasajo musical que brindó el pianista. Al final el músico argentino se pasó de su tiempo y cuando iba a entonar una canción más le cortaron el sonido.
Mientras en el extremo equidistante de donde se encontraba Fito, los uruguayos de Kchiporros seducían a otra gran tajada de público; con su pop indelicado llegaron canciones como Cada día, La cima y Lucía, un verdadero frenesí lo que la banda protagonizó en ese escenario.
Mientras Jorge Drexler con guitarra en mano y con pulcro traje blanco salió a agasajar a los asistentes, resguardado con dúos y tríos con voces femeninas y unos músicos en las secciones de metales, cuerdas y percusiones; al tiempo que Destripando la Historia hizo lo propio.