Viernes 15 de marzo de 2024, p. 12
Debido a que los océanos juegan un papel esencial en la regulación del clima y la protección de las costas, es fundamental contar con políticas públicas para mantenerlos saludables, por lo que el país debe ratificar el Tratado Global de los Océanos y enfrentar la crisis climática, señalaron organizaciones ambientalistas.
Oceana, Greenpeace y el Centro para la Diversidad Biológica (CBD) dieron a conocer propuestas para la protección de los océanos que deberían incluirse en las campañas electorales a la Presidencia de la República.
Recomendaron proteger hábitats y ecosistemas marinos prioritarios como los arrecifes de coral, humedales costeros, manglares, pastos marinos y bosques de macroalgas por medio de Áreas Naturales Pro-tegidas con esquemas de financiamiento sostenible a largo plazo.
También plantearon la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero con la puesta en marcha de Zonas de Salvaguarda para frenar la exploración y explotación petrolera en aguas profundas y ultra profundas del golfo de México.
Enfrentar la contaminación plástica
Otra propuesta de los ambientalistas es combatir la contaminación plástica, apostando por un Tratado Global sobre Plásticos, que incluya todo el ciclo de vida de este material, reduzca la fabricación de material virgen al menos 75 por ciento para 2040 y que incluya la Responsabilidad Extendida del Productor.
También propusieron establecer un manejo costero integral para promover la resiliencia y la adaptación ante los impactos del cambio climático de las zonas costeras a través de la planificación del uso del suelo.
El combate a la pesca ilegal es otra propuesta, ya que se trata de una actividad que pone en riesgo la biodiversidad marina, amenaza a las especies de consumo humano y aquellas en peligro de extinción.
Plantearon mantener el apoyo a una moratoria a la minería en aguas profundas en el marco de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, por sus siglas en inglés) y avanzar hacia el apoyo a una prohibición total de esta industria por los daños irreparables que representa para los océanos y las especies que los habitan.