Madrid. El Parlamento español aprobó ayer la nueva ley general de amnistía, presentada por la coalición del gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Sumar, que pactaron con las fuerzas separatistas catalanas a cambio del apoyo de esos grupos políticos a la investidura del presidente Pedro Sánchez para gobernar el país los próximos cuatro años.

Desde el separatismo catalán se recibió con euforia la medida y se anunció el siguiente paso en su hoja de ruta: un referendo de independencia, que permita alcanzar la secesión del Estado español y la creación de una nueva república independiente y europea.

La votación fue ajustada, pero suficiente para superar el primer trámite parlamentario: 178 votos a favor contra 172. Respaldaron la iniciativa el PSOE, Sumar, Esquerra Republicana de Catalunya, Junts per Catalunya, Partido Nacionalista Vasco, EH-Bildu, Podemos, Bloque Nacionalista Gallego y el diputado independiente y ex ministro del gobierno socialista José Luis Ábalos, que se dio de baja de su partido tras verse implicado en un caso de corrupción.

Votaron en contra la derecha y la extrema derecha españolista, el Partido Popular (PP), Vox, Unión del Pueblo Navarro y Coalición Canaria.

La ley fue turnada al Senado, donde se prevé que será rechazada por la mayoría absoluta del PP. Entonces, debe ser devuelta al Parlamento, donde será refrendada para su aprobación, que se hará efectiva cuando el Ejecutivo la redacte y la publique en el Boletín Oficial del Estado, probablemente a finales de mayo, que es cuando entrará en vigor.

La legislación aprobada fue la que convenció en todos los puntos a la formación liderada por el ex presidente catalán Carles Puigdemont, que exigió medidas que no estaban contempladas en el texto original, entre ellas la incorporación de una serie de delitos y figuras penales, como el terrorismo sin vulnerar los derechos humanos y, acorde a la legislación europea, la alta traición, la malversación de caudales públicos y la desobediencia. Además, solicitó la ampliación del periodo de aplicación de la ley, que abarcará de finales de 2011 a finales de 2023.

Durante el debate parlamentario, que el gobierno señaló como la ley más importante de la legislatura, llamó la atención la ausencia de Pedro Sánchez, que no fue el responsable de defender la norma en representación de su grupo parlamentario, sino estuvo a cargo del vocero, Patxi López. El mandatario se limitó a publicar un mensaje en las redes sociales en el que señaló que es un paso valiente y necesario hacia el rencuentro. Con la aprobación de la ley de amnistía abrimos un tiempo nuevo de convivencia y prosperidad en Cataluña.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, insistió en que derogará la ley si logra formar gobierno en el futuro y advirtió que esta ley divide a España en dos y divide a Cataluña en dos. Esto no es reconciliación, sino sumisión. Mientras Santiago Abascal, de Vox, tildó la legislación como un colosal acto de corrupción adoptado por una banda de forajidos que han asaltado el Parlamento.