Jueves 14 de marzo de 2024, p. 27
Nueva York. La mortalidad infantil cayó a su mínimo histórico en 2022, situándose por fin por debajo de la barrera de los 5 millones de víctimas, pero este avance precario
está aún lejos de ser suficiente, advirtió el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en un informe publicado ayer.
Hay algunas buenas noticias, y la más importante es que hemos reducido a un mínimo histórico la mortalidad de menores de cinco años, que ha caído por primera vez por debajo de los 5 millones: a 4.9 millones
, dijo a la Afp Helga Fogstad, responsable de salud del Unicef, que se encarga de este reporte en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial.
Esta nueva estimación de 4.9 millones de víctimas en 2022 representa un descenso de 51 por ciento desde 2000 y de 62 por ciento desde 1990, aunque, como todos los años, estas cifras están sujetas a cierto margen de error.
Los avances han sido especialmente notables en varios países en desarrollo, como Malaui, Ruanda, República Democrática del Congo, Camboya y Mongolia), donde la mortalidad infantil ha descendido más de 75 por ciento desde 2000.
Reconoce la labor de los trabajadores sanitarios
Detrás de estas cifras están las historias de parteros y trabajadores sanitarios cualificados que ayudan a las madres a dar a luz en condiciones de seguridad (...), que vacunan y protegen a los niños contra enfermedades mortales
o que entran en los hogares
para garantizar que los menores estén sanos y bien alimentados, comentó la jefa de Unicef, Catherine Russell, en un comunicado.
Pero se trata de un éxito precario. Los avances corren el riesgo de estancarse o incluso retroceder si no se hacen esfuerzos por neutralizar las numerosas amenazas para la salud y la supervivencia de recién nacidos y niños
, advierte el informe.
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