Martes 12 de marzo de 2024, p. a30
Luca Nardi, un joven italiano de 20 años que suele dormir con una foto de la máxima estrella del tenis Novak Djokovic en su habitación, fue una sorpresa demoledora en el torneo de Indian Wells en el desierto de California. Eliminó a Nole, su ídolo, en la tercera ronda con marcador de 6-4, 3-6 y 6-3 en un partido de dos horas y 22 minutos en la cancha central, donde todos estaban con la quijada en el suelo.
Un tenista que está en el puesto 123 de la clasificación y que llegó a esta cita con la figura de lucky loser, literalmente un perdedor con suerte –obtuvo el lugar tras la baja de otro competidor, el argentino Tomás Etcheverry– que venció al número uno. Una historia que nadie imaginó en la horas previas. Ni el propio Nardi, quien meneó la cabeza en un gesto de negación tras conseguir el ace, punto perfecto en el saque donde el rival no toca la pelota, y todos gritaron. Nadie podía creer lo que el joven había logrado.
Djokovic se acercó a la red y lo abrazó, después lo señaló con su raqueta para que el público ovacionara a este perdedor con suerte que esta noche, en el desierto de California, derrotó al mejor tenista del mundo.
Es un milagro
, alcanzó a decir Nardi en la cancha; antes de esta noche nadie me conocía. No sé cómo mantuve la calma
.
La primera participación de Djokovic en Indian Wells desde 2019 concluyó con su segunda decepción de este arranque de temporada, tras su eliminación en semifinales del Abierto de Australia ante Jannik Sinner.
Hasta el lunes, Djokovic nunca había perdido siquiera un set en un Masters 1000 frente a un lucky loser, como se conoce a los tenistas que pierden en la fase previa de un torneo, pero luego acceden al cuadro principal por un abandono.
Aunque cayó en la previa ante el belga David Goffin, Nardi recibió la oportunidad de competir en el torneo y el lunes lo aprovechó a lo grande frente a su admira-do Djokovic.
El tenista de Pésaro, que nunca había alcanzado unos octavos de final de Masters 1000 ni ha llegado a una final de ATP, jugó con un atrevimiento a prueba de balas ante el ganador de 24 Grand Slams, y consiguió hasta 34 golpes ganadores por 17 de Djokovic.