La doctora Mónica Vásquez Hernández, del IIMAS, impulsa una política institucional en materia de igualdad y cualquier tipo de discriminación
tenemos toda una formación machista y los cambios no son inmediatos.Foto cortesía de la académica
Sábado 9 de marzo de 2024, p. 5
Al principio la sola idea de impulsar la perspectiva de género en áreas dedicadas a la ciencia y la ingeniería, le parecía un reto mayúsculo. Pero conforme profundizó en los estudios de género y se despertó su interés en esta intersección ciencia y género, Mónica Vásquez Hernández, doctora en Bioelectrónica en el Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, se convenció de la factibilidad de transversalizar el tema de género en lo que sea que esté haciendo.
Mónica Vásquez Hernández es ingeniera en Electrónica por el Instituto Tecnológico de Puebla, ha sido profesora de asignatura en la Facultad de Ingeniería en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y en la Universidad del Pedregal, pero en palabras simples, ella afirma que se dedica a los procesamientos de imágenes, señales y datos.
En 2011 se convirtió en madre y desde 2014 se integró a la Comisión Interna para la Igualdad de Género del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas, la Ciencia e Ingeniería de la Computación y los Sistemas (IIMAS) donde una de sus principales funciones es impulsar la implementación de la política institucional en materia de igualdad de género y prevenir cualquier tipo de discriminación y violencia por razones de género.
Esta oportunidad laboral y el convertirme en mamá, me permitió profundizar en los estudios de género y despertar mi interés en esta intersección ciencia y género y tratar de transversalizar el tema de género en lo que sea que esté haciendo.
Frente al reto que esto significaba, Mónica Vásquez conoció un movimiento en 2020, que llevó a las investigadoras Catherine D’Ignazio y Lauren F. Klein a elaborar el libro Data Feminism, que le permitió identificar que los datos no son neutros y que sin un análisis ético e interseccional sólo nos sirven para reproducir desigualdades
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Al trasladar esta perspectiva en el IIMAS de la UNAM, un espacio donde se trabaja con inteligencia artificial, con datos, imágenes, una de las primeras preguntas que le surgió fue: ¿qué podemos hacer para que los datos que manejamos, las señales, las imágenes, no alimenten estos sesgos de género, de raza, de clase social?
Vázquez Hernández reconoce que una aliada en el propósito de transversalizar la perspectiva de género en el IIMAS es Katya Rodríguez Vázquez, ingeniera en Computación por la Facultad de Ingeniería de la UNAM, con quien comenzó a procesar imágenes de pacientes con epilepsia, “y bueno, lo que nos pedía el médico con el que colaboramos, es saber si a través de inteligencia artificial o de machine learning, podríamos clasificar las señales en pacientes con o sin epilepsia”.
Este trabajo, donde también participó la estudiante de doctorado Victoria Villa Padilla, les permitió identificar que hay diferentes tipos de epilepsia y que hay una cuyo número de convulsiones cambia en función del ciclo menstrual.
Al tener acceso a la base de datos de una mujer joven y de revisar dos ciclos menstruales completos, se propusieron observar los efectos del periodo para hacer un ajuste, y ayudar al médico a proponer una dosis de medicamento para ajustarlo.
Ha sido muy interesante este tema, porque normalmente en los protocolos médicos no se utilizan datos de mujeres del ciclo menstrual o del embarazo porque se considera que contaminan los modelos. Entonces, estudiarlos por sí sólo fue muy interesante
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Otro esfuerzo en materia de perspectiva de género que se ha impulsado en el IIMAS es desagregar los datos de los académicos y las académicas y los estudiantes y las estudiantes. También, está el proyecto de Elena Gómez Adorno, que lleva un análisis sobre violencia obstétrica. Y también un estudio que analiza las curvas de hormonas como progesterona y el estradiol en función de si una mujer consume o no anticonceptivos.
Hemos tratado de valorar los datos desde la intersección, este concepto que nos aporta la teoría de género.
Pero las barreras al trabajo de Mónica Vásquez y sus colegas se mantienen vigentes, porque cuando presentan sus resultados a revisores son cuestionadas. Por ejemplo, el artículo sobre el análisis de los ciclos menstruales, las críticas fueron que no le veían ninguna relevancia
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Otra resistencia es al uso del lenguaje incluyente, hay gente que piensa que es una moda esto del género, que no tiene bases científicas, que es una pérdida de tiempo respetar las identidades o usar los pronombres (...) Dicen que eso causará confusión, que la mitad del salón pedirá usar otro nombre, o que los llamen su majestad, y empiezan a hacer suposiciones bastante alejadas de la realidad
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La investigadora estimó que las resistencias están en las personas con trayectoria académica consolidada, de mayor edad, mientras que los investigadores jóvenes y estudiantes tienen mayor disposición.
En un contexto donde la UNAM tiene 5 mil 500 personas que se identifican como parte de las diversidades sexuales, Mónica Vásquez consideró que es muy importante incorporar la perspectiva de género y hacer frente a las resistencias y el desconocimiento.
Estamos haciendo esfuerzos para seguir transversalizando e incluyendo la perspectiva de género. Son procesos largos, hay que hacer un esfuerzo consciente para revisar los propios sesgos, tenemos toda una formación machista y los cambios no son inmediatos.