Gaza e Israel en la Berlinale
s uno de los festivales de cine más importantes. Pero este año la Berlinale tuvo mucha difusión debido a la masiva protesta que hubo de participantes y público por la matanza y destrucción que ocasiona el ejército de Israel en Gaza, la exigencia de establecer un Estado Palestino y el silencio del gobierno alemán ante la muerte de casi 40 mil civiles.
Varios de los galardonados aprovecharon sus discursos de agradecimiento para expresar su solidaridad con el pueblo palestino, pero sin mencionar el terrorismo de Hamas. Como el director de cine estadunidense Ben Russel, director junto a Guillaume Cailleau de Direct Action, mejor película dentro de la sección Encounters, quien calificó de genocidio lo que sucede en Gaza.
También hubo críticas de los cineastas Basel Adra y Yuvak Abraham, palestino e israelí respectivamente, directores de No Other Land, ganadora del premio al mejor documental, que que trata sobre la política de los asentamientos irregulares en Cisjordania.
Pero las más fuertes críticas fueron las del famoso director israelí Amos Gitai, quien en su nuevo filme Shikun (vivienda social en hebreo), aborda el ascenso del fascismo antes de la Segunda Guerra Mundial. Gitai sí condenó el brutal ataque de Hamas el pasado 7 de octubre contra pobladores de su país, pero consideró desproporcionada la respuesta del gobierno de Netanyahu en Gaza.
Gitai calificó al primer ministro de ser un componente importante de esta tragedia; un manipulador al más alto nivel que podría destruir a Israel
. Y que como no tiene ninguna restricción ética, reunió a los peores integrantes de la sociedad israelí: los provocadores ultranacionalistas, racistas, extremistas, los reaccionarios ultraortodoxos que están en contra de las mujeres y de la comunidad LGBTIQ+
.
Partidos políticos, el gobierno y la mayoría de los medios de información alemanes, condenaron las diversas protestas que hubo durante la Berlinale por la matanza en Gaza. Y porque hubo pocas referencias al terrorismo de Hamas y a los más de 130 rehenes que todavía están en su poder.
El negar el Holocausto y las actitudes antisemitas son muy vigiladas en Alemania. Tienen conotaciones muy especiales. Pero es imposible ocultar los crímenes del régimen nazi y el inmenso respaldo ciudadano que tuvo. Marcan para siempre su historia.