n los últimos días se difundieron los resultados de las dos empresas públicas más importantes del país, Pemex y CFE. Lograron resultados positivos. Pemex hiló un segundo año consecutivo con ganancias, acumulando 110 mil millones de pesos (mmdp), y CFE logró un monto histórico (117 mmdp). Ambas mejoraron de manera significativa su posición frente a 2018, aunque de modo extraño no se menciona eso en ningún lado y la narrativa del círculo rojo no ha cambiado; insisten en que lo mejor es regalarlas. Para dejar claro que los datos no soportan el relato de la comentocracia, las fuentes de este artículo son el Centro de Investigación y Estudios Presupuestales –https://bit.ly/49VwLpy- y el Instituto Mexicano para la Competitividad –https://bit.ly/4bViTgO y https://bit.ly/3T2DoPU–.
La CFE mejoró en los indicadores financieros relevantes; aumentaron los ingresos totales 3.8 por ciento, la utilidad neta aumentó 843 por ciento, el patrimonio neto, es decir, el valor total de la empresa descontando lo que debe o pasivos
, alcanzó el mayor nivel en seis años, aumentando 22.5 por ciento, y el valor de los activos de la compañía alcanzó su mayor nivel, llegando a 2 mil 356 billones de pesos, 9.4 por ciento del PIB, aunque la narrativa de muchos sea que no vale nada y por eso mejor hay que regalarla a los privados
.
La historia de Pemex es muy similar. Las utilidades netas aumentaron 9.9 por ciento frente a 2022. El patrimonio neto aumentó 12.2 por ciento, revirtiendo la tendencia del gobierno de Peña. La deuda financiera bruta total disminuyó 14.2 por ciento frente a 2018. La producción de hidrocarburos líquidos aumentó 5.1 por ciento en 2023 frente a 2022, registrando un promedio de mil 855 millones de barriles diarios. Analistas
, de manera tramposa, descuentan los condensados (hidrocarburos que muy fácilmente pueden convertirse en gasolinas, tanto, que se les conoce como gasolina natural
) al momento de reportar la cifra, así reportan que la producción de crudo es la más baja desde que inició el sexenio
.
Surge la pregunta: ¿ante estos resultados, por qué la comentocracia y el círculo rojo insisten en que Pemex y CFE deben regalarse, y que son sólo una carga al erario? La respuesta, puede ser muy sencilla. Se trata de querer acaparar el negocio para intereses privados. Los montos son enormes y, claro, con esas cantidades, los intereses que desean que se les regalen dichas industrias, también lo son. Por ejemplo, una columna recién publicada –90 mil millones de dólares para Pemex
– sin poner en contexto la cifra, sentenciaba que era dinero tirado a la basura
; 90 mmdd, de acuerdo con el analista
son casi 1.65 billones de pesos, que el Estado le ha dado a Pemex
en 2019-2023 y es equivalente al PIB de Venezuela. De modo tramposo, el analista, y para esto, toda la comentocracia nunca se pregunta ¿cuánto ha dado Pemex al Estado en ese lapso? La respuesta: más del doble; 2.24 veces ese monto para ser exactos, o el equivalente al PIB de Hungría. Pemex de manera anual, en promedio, ha contribuido con 10.92 por ciento de los ingresos presupuestarios del país (2.7 por ciento del PIB), es decir, 3.73 billones de pesos o 201 mmdd, en ese periodo.
Tan sólo en 2022, los ingresos totales de Pemex representaron 8.4 por ciento del PIB. Los ingresos de la CFE en 2023 fueron de 640 mmdp, 2.5% del PIB del país. Tan sólo estas dos empresas tienen ingresos equivalentes a 11 por ciento del PIB. Es por eso que se insiste en regalarlas, el monto del probable negocio es increíblemente alto.
Pero el valor de las firmas estatales va más allá de estos números. De 2019 a 2023, el mundo ha observado crisis sanitaria, económica, energética, e inflacionaria. Hablemos del costo de la crisis energética de 2022, ya he escrito sobre ese tema (https://bit.ly/48BWJx1). A México la crisis de ese año le costó 20.59 mmdd, o 162 per cápita, gracias a que tuvo dos empresas estatales con las cuales pudo sortear el tema de la mejor manera en el mundo, con el menor costo y los mejores resultados (inflación energética mas baja de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). Para Alemania, en el otro extremo, sin empresas estatales, privatizado y sin ningún grado de soberanía, la crisis costó 286 mmdd, o 3 mil 437 per cápita, con el peor resultado (costo más alto e inflación energética siete veces más grande que México). Una de las principales diferencias es que en Alemania se tuvieron que subsidiar las rentabilidades históricas de su sector energético (la utilidad privada es un derecho divino que no puede trastocarse aunque eso implique que ciudadanos mueren por falta de acceso a la energía) mientras en México se apoyó a la población. Si México hubiera tenido que gastar lo mismo per cápita, la crisis habría costado 436 mmdd, 21 veces más, 40 por ciento del PIB y mucho más de lo que ha invertido en rescatar Pemex y CFE.
A la larga, siempre sale más barato tener soberanía energética y empresas estatales fuertes, que confiar en la mano invisible del mercado.
* Maestro en finanzas en el sector energético por la Universidad de Edimburgo. Especialista en temas energéticos.
X: @aloyub