ue en la segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en marzo de 1910 en Conpenhague, cuando Clara Zetkin propuso el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer, para conmemorar la lucha por mejorar las infames condiciones de las mujeres trabajadoras. A más de 100 años de aquella proclama, las cosas han mejorado, aunque no para todas.
Su acceso a la educación, al empleo remunerado y al voto se lograron paulatinamente para sectores medios a lo largo del siglo XX, y han estado subrepresentadas en los espacios formales de decisión política. En los años 50 llegaba a cuatro el número de legisladoras mexicanas, en 1979 se eligió a la primera gobernadora del país y la presencia de las mujeres en los gabinetes presidenciales había sido muy escasa, en la presente administración por primera vez hay paridad en el Poder Ejecutivo y en el Legislativo. Hoy hay más mujeres en posiciones de poder que en cualquier otro momento de la historia de México.
Pero la representación numérica en los espacios de toma de decisión no hace la diferencia si quienes los ocupan no están comprometidas con una agenda de género. Por eso quiero referirme hoy a Luisa María Leal Duk (1931-95), que fue la primera secretaria general del Consejo Nacional de Población (Conapo) cuando se fundó, en el año de 1974, una de las pocas mexicanas que entonces encabezaban organismos públicos. Luisa María Leal cambió la política de población pronatalista, cimentó la robusta estructura institucional del Conapo, impulsó una agenda humanista de planificación familiar y el mejoramiento de las estadísticas vitales; además inició la educación sexual en México, por primera vez se habló en las aulas escolares de la pubertad, de la reproducción humana, de los anticonceptivos y de la prevención de las infecciones de transmisión sexual. Intentó despenalizar el aborto en México por voluntad de la mujer sin lograrlo; un año después de que se despenalizara en Estados Unidos, ella convocó a líderes políticos, de la academia y de la sociedad civil para debatir la posibilidad de suprimir toda sanción a la mujer que aborte por cualquier causa, en sus palabras: “El hecho de que la sociedad humana se haya proyectado a lo largo de la historia bajo patrones masculinos que tradicionalmente le han negado a la mujer un puesto decoroso dentro del conjunto social, y sobre todo, el hecho de que ésta, tomando conciencia de su real condición social –en su ‘bíblica inferioridad’ y su carácter de ‘producto derivado’– se haya decidido a luchar por su derechos, la han colocado en una situación de privilegio para aportar soluciones a los grandes problemas de nuestro tiempo. […] Vivimos en una sociedad hecha por y para los hombres, en la cual el machismo y la ignorancia contribuyen a sostener el modelo de represión. Las leyes sobre el aborto son la más evidente muestra de falta de respeto al derecho fundamental de la mujer para decidir sobre su vida y su cuerpo y contienen el anacrónico concepto que le hace aparecer como simple productora de hijos aun cuando no los quiera”. Sin duda, la primera secretaria general del Conapo se adelantó varios años al marco de los derechos reproductivos, que en la agenda de la ONU no se alcanzó hasta el año de 1994.
En 1980 se creó en el Conapo el primer Programa Nacional de Integración de la Mujer al Desarrollo (Pronam) bajo la conducción de la licenciada Guadalupe Rivera Marín (hija del muralista), desde el cual se propuso un conjunto de iniciativas para promover la integración de la mujer al proceso económico, educativo, social y cultural, es el antecedente de origen del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), que se funda hasta 2001. Cinco mujeres han dirigido la Secretaría General del Conapo. En 1988 Luz María Valdés integró los grupos indígenas a la política de población. Elena Zúñiga fue titular en dos ocasiones (2002 y 2007), su papel fue clave para sostener una política de población secular ante las pretensiones por revertirla en la primera década de presente siglo; ella dio visibilidad al proceso de envejecimiento poblacional, fortaleció las alianzas internacionales y creó el Consejo Consultivo Ciudadano para la Política de Población. De 2013 a 2018 fue el periodo de Patricia Chemor, quien impulsó la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo de Adolescentes, con la cual comenzó a descender la tasa de fecundidad de adolescentes, que se había estancado en años anteriores.
A 50 años de la fundación del Conapo el avance en los derechos reproductivos es notable (abordaré después otros temas demográficos), y es producto de los movimientos feministas y de las legisladoras, de líderes en organismos internacionales y en las instituciones que integran el Conapo. El aborto por voluntad de la mujer ya está despenalizado en 12 entidades de México, desafortunadamente Luisa María Leal ya no vivió para celebrarlo. Hoy, 8 de marzo, el aborto pasó a ser un derecho constitucional en Francia, primer país que eleva la interrupción voluntaria del embarazo a su Carta Magna. Al considerar los retrocesos ocurridos en Estados Unidos y en otras latitudes, se está enviando un mensaje liberador al resto del mundo.
* Secretaria general del Conapo