Martes 5 de marzo de 2024, p. 4
La gordura es uno de los mayores estigmas. Para ahondar en el tema desde la perspectiva del arte y la cultura, así como desde lo social y la salud, se realizó la tercera Jornada Supurando Heridas para Habitar Estrías, organizada por el Centro de Artes y Oficios (CAO) Escuelita Emiliano Zapata del Pedregal de Santo Domingo, la activista Fat Alista y el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC).
Este encuentro –efectuado en el contexto del Día Mundial contra la Gordofobia, que desde 2022 se conmemora el 4 de marzo– llevó este año por título Gordofobia y violencia estética, sexualidad y sensualidad gorda.
Se llevaron a cabo charlas, exposiciones, espectáculos escénicos y talleres en los que se ha reflexionado sobre aquellos aspectos a partir de revisar y cuestionar lo permitido socialmente para los distintos tipos de corporalidades.
La motivación principal de esta propuesta escénica, según los organizadores, es contar historias gordas
con la dignidad de los cuerpos. Es resultado de un mes de trabajo en el Taller de Teatro Físico y Teatro Espontáneo, realizado en el CAO Escuelita Emiliano Zapata, en el que los participantes exploraron las herramientas de un teatro de escucha e improvisación guiados por el colectivo Memorias a la Deriva. En la función, el público relató sus historias de gordura y los talleristas las escenificarán y las resignificarán en tiempo real.
“En esta tercera jornada abordamos un tema todavía más ríspido: la sensualidad y la sexualidad gorda, desde la idea social de que sólo quienes tienen cuerpos como los que aparecen en las películas o la publicidad son los que tienen derecho a sentir deseo o a ser deseados, a ser dueños de su cuerpo.
Es decir, el tema de este año está ligado a quiénes supuestamente sí pueden y quiénes no a ejercer ese aspecto de la vida
, señaló Miriam Barrón, coordinadora de la citada jornada por parte del MUAC.
“Si bien la jornada está vinculada a la gordofobia, también es parte de las violencias estéticas.
Hay otras situaciones que son vistas y tratadas como violencias (sobre todo en las mujeres), como las arrugas en la cara, la pérdida de la turgencia de los senos, la celulitis, la estrías o que comiencen a salir canas, todas esas cosas que, además, están atravesadas por el género.