Lunes 4 de marzo de 2024, p. 23
Buenos Aires., Cerca de un centenar de personas fueron despedidas de Radio Nacional el jueves pasado, la mayoría eran trabajadores por contrato que no alcanzaban a cobrar siquiera el salario mínimo. Ninguno recibió una explicación sobre su salida. Trascendidos indican que Héctor Cavallero, el director de la Radio Pública y sus emisoras –la mencionada entre ellas–, llegó para barrer con todo
.
Después de no haber renovado contratos a medio millar de personas a principios de año y un día antes de que el presidente Javier Milei anunciara por cadena nacional que su intención es cerrar la agencia pública de noticias Télam, el gobierno volvió a anunciar despidos en Radio Nacional. Hubo una nueva reducción de la planta de trabajadores que sostiene la programación diaria de todas las emisoras.
Son 98 afectados. Algunos –muy pocos– son directores de las emisoras provinciales de Radio Nacional, a quienes, según informó el diario Clarín, la flamante gestión de Cavallero solicitó que presentaran su renuncia, algo que suele suceder con cada cambio de gestión, pues los puestos jerárquicos se remplazan cada vez que asume un gobierno de ascendencia política diferente a su antecesor.
Pero la gran mayoría de los despedidos son productores periodísticos, coordinadores y empleados administrativos que trabajaban por contrato en diferentes áreas de las emisoras de la radiofonía pública. Y en rigor, lo que sucedió fue que la nueva gestión decidió no renovarles el vínculo laboral con el medio público.
Mi contrato se venció en diciembre y me lo renovaron por enero y febrero. La fecha límite era el jueves pasado
, contó a este diario una fuente que desde febrero de 2023 y hasta el fin de semana pasado se desempeñó como coordinadora de aire en la estación Nacional Clásica. No recibió más noticias de su situación laboral. Cuando intentó averiguar, sus superiores le indicaron que no se presentara a trabajar el sábado. Cobraba unos 142 dólares al mes por trabajar los fines de semana.
Los que no fueron renovados son contratos que implican un desembolso mensual del Estado en remuneraciones que ni siquiera se pueden calificar de salario, pues no alcanzan el mínimo para sostener la vida. Y si bien lo que vivían les trabajadores en esta situación era un fraude laboral
, su ausencia afecta el funcionamiento cotidiano de las emisoras. En muchos casos, por ejemplo, obligará a llenar espacios con programación de Buenos Aires.
Eso es lo que llamamos vaciamiento, algo que comenzó en el macrismo, con retiros voluntarios o jubilaciones anticipadas que mermaron la planta de trabajadores en 20 por ciento y que nunca se logró revertir
, denunció Micaela Polak, trabajadora de Nacional.
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