Lunes 4 de marzo de 2024, p. 26
Nezahualcóyotl, Méx., Durante poco más de dos décadas, la normalista Sofía Jasso se esmeró en su labor docente, e incluso fue reconocida por las autoridades educativas. Sin embargo, una caída en el salón de clases y cuatro intervenciones de cirugía mayor la tienen hoy con discapacidad motora. A sus 64 años, su ánimo ha decaído; requiere una silla de ruedas para movilizarse y cree que morirá sin ganar su batalla legal en exigencia de una pensión justa, conforme a derecho.
Sofía Jasso es parte de la estadística de más de 5 mil casos que incluye a docentes, policías y otros servidores públicos a quienes el Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (Issemym) les niega, atrasa o no reconoce su derecho a la jubilación, a ser pensionista al enviudar, por enfermedad o accidente de trabajo.
La maestra Sofía no oculta la desesperación que la agobia. Desde hace 22 años percibe una pensión equivalente a 53 por ciento de su salario, a pesar de que existe un dictamen de medicina del trabajo que certifica su discapacidad motora a consecuencia del trabajo del servicio docente.
Vaya aquí o allá, me dicen, y francamente ya estoy cansada. Aunque tengo toda la documentación para demostrar que mis lesiones de columna ocurrieron en horas de trabajo, en el Issemym sólo se ríen de mí
, afirmó.
La vecina de Jocotitilán, quien durante 20 años dos meses y dos días laboró en diversas escuelas de nivel básico en municipios de la zona norte de la entidad, durante un tiempo salió a las calles para marchar y protestar exigiendo sus derechos, pero en los últimos meses su salud empeoró y ya no sale porque no puede caminar.
Esta situación me trae muy mal. Solicité una enfermera, un auto para discapacitados o una ambulancia para mis traslados a consulta de especialidad en Toluca
, pero el Issemym no le ha respondido.
El 18 de octubre pasado acudió a la primera audiencia pública que ofreció la gobernadora Delfina Gómez, quien atendió ese día durante más de 15 horas a la población en el patio central del palacio de gobierno mexiquense.
Jasso expuso su caso a la mandataria, quien ordenó revisar su expediente y exigió una respuesta.
Al principio empezaron a movilizarse; no obstante, al paso del tiempo nada procedió y todo sigue igual. Hubo cambio de gobierno, pero el personal del Issemym sigue siendo el mismo de los gobiernos priístas pasados
. Al respecto, la profesora Leticia Miranda, quien encabeza al Movimiento de Jubilados y Pensionados del Issemym, asegura que en la dependencia no hay compromiso de las autoridades, y hay al menos 5 mil trabajadores afectados por actos de negligencia, prepotencia y corrupción de quienes deberían hacer valer y cumplir los derechos laborales de sus afiliados.