La mesa de reflexión Experiencias de creación y trayectoria de las asignaturas de género de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se efectuó como parte de las actividades de la 45 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM), como actividad hermana de la presentación del libro digital Pintando el currículo de violeta: Creación y trayectoria de las asignaturas de género de la UNAM que recoge dichas vivencias. Se refirió en específico a los casos de las facultades de Filosofía y Letras, Sicología y Ciencias Políticas y Sociales.

En su calidad de moderadora, la académica Mónica Quijano señaló que las tres invitadas participaron desde un principio en la creación de las respectivas asignaturas de género. Lourdes Enríquez, primera en hablar, dijo que Quijano fue parte de la negociación del pliego de exigencias en el que se pedía dicha asignatura de las Mujeres Organizadas de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL). Entre las muchas exigencias estaba la creación de una asignatura obligatoria que fuera feminista, descolonial y comunitaria.

Enríquez recordó que la FFyL ha sostenido una larga lucha en este sentido dentro de la universidad: En sus inicios, la reflexión filosófica feminista era muy descalificada. De allí viene la lucha. Trajo a la memoria figuras como Rosario Castellanos, Alaíde Foppa, Graciela Fierro y otras tantas colegas que ya no están y otras que sí.

La asignatura obligatoria Género, violencia y ética comunitaria se compone de tres unidades que a grandes rasgos tienen que ver con relaciones de género y desigualdad, violencia por razones de género y prevención y erradicación.

Para Enríquez, es importante que el estudiantado sepa de los procesos históricos de la asignatura, porque en la FFyL hay 17 carreras diferentes. Empezó en el semestre 2020/2021, y actualmente “la cursa la octava generación. Es de un semestre, son dos horas a la semana.

Es complejo, porque se vuelve un espacio en el que se discuten cuestiones complicadas sobre las desigualdades. Se desatan cuestiones que hay que ver cómo las contenemos, sobre todo cuando explicamos el consentimiento sexual que debe ser explícito, afirmativo, para una sola práctica, en un estado no alterado de conciencia. La asignatura está en constante revisión.

Tania Jimena Crespo habló desde la perspectiva de la Facultad de Sicología, para la que se logró obtener dos asignaturas de género y feminismo. Abordó la necesidad de realizar un proceso de sensibilización de las comunidades, además de un trabajo profundo de reflexión; incluso, abrir un espacio institucional en el que las mujeres pudieran denunciar las violencias. Ha sido bien recibida la necesidad de formarse en sicología con perspectiva de género.

En Ciencias Políticas y Sociales tenemos la materia en torno a las violencias contra las mujeres que es un requisito de permanencia. Para continuar al sexto semestre se tiene que cursar, indicó Alejandra González Bazúa.

Su creación tiene que ver con un momento de movilización en 2019. Se firmaron acuerdos con las Mujeres Organizadas. Sin embargo, el 8 de marzo de 2020, antes de la pandemia, cuando teníamos el tema en la piel, la materia se empezó a tejer en el facultad.