Miércoles 28 de febrero de 2024, p. 30
Madrid. El ex ministro de Transportes y ex secretario de Organización del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), José Luis Ábalos, está en el corazón de una presunta trama de corrupción y pago de comisiones
ilegales (mordidas) que fracturó al grupo parlamentario socialista e hizo saltar las alarmas al Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez.
Ábalos, en una conferencia de prensa en el Congreso de los Diputados, anunció que mantendrá su escaño pese a que la dirección de su partido le exigió dimitir; a partir de ahora pasará a formar parte del grupo mixto y el PSOE tendrá 120 en lugar de 121 legisladores.
El origen del escándalo está en el que fue mano derecha de Ábalos: Koldo García, militante del PSOE de Navarra y que llegó al partido junto al actual secretario de Organización, Santos Cerdán, y del propio Pedro Sánchez, quien le encomendó en su día vigilar durante toda la noche los avales que había reunido para concurrir como candidato a la secretaría general del partido.
Según una investigación de la Guardia Civil española, bajo órdenes de un juez y de la Fiscalía Anticorrupción, Koldo García fue el hombre clave para la concesión de contratos millonarios en la compra de cubrebocas durante la época más difícil de la pandemia del covid-19, en los que se presume se pagaron comisiones ilegales millonarias.
Se calcula que del total de los contratos, que suponían alrededor de 53 millones de euros, sólo 13 por ciento se destinó a la compra del material sanitario y el resto se quedó entre los políticos y empresarios implicados en la trama.
Los implicados
En los contratos también participaron el actual ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska; el ex ministro de Sanidad y hoy máximo líder del Partido Socialista de Cataluña, Salvador Illa; el ex presidente de las Islas Canarias, Ángel Víctor Torres (hoy ministro de Administraciones Públicas), y la ex presidenta de las Islas Baleares, Francina Armengol, hoy presidenta del Congreso de los Diputados. Todos, militantes o dirigentes socialistas.
El PSOE exigió a Ábalos la renuncia al escaño y la entrega al partido de su acta de diputado, pero éste se negó, por lo que decidió expulsarlo.
Ábalos fue el hombre de mayor confianza de Pedro Sánchez en su camino a asumir el liderazgo del PSOE, además de haber sido el responsable de tomar el control de la formación política en unos años turbulentos y de fractura.
Con este divorcio, en el gobierno y el partido imperan nerviosismo y la alarma ante una crisis, la más grave de años recientes.