Martes 20 de febrero de 2024, p. 9
Berlín. No hay alternativa a la paz
entre israelíes y palestinos, considera el cineasta Amos Gitaï, cuya más reciente película, presentada en la Berlinale, es un alegato contra la política del gobierno de Benjamin Netanyahu.
Shikun terminó de rodarse en enero de 2023, mucho antes del mortífero ataque contra Israel perpetrado por el movimiento palestino Hamas el 7 de octubre.
Amos Gitaï, figura destacada del cine israelí, declaró que “esperaba que de esta terrible tragedia (surgiera) la idea de un modus vivendi entre israelíes y palestinos”.
Protagonizada por la francesa Irène Jacob, es una adaptación de Rinoceronte, obra de Eugène Ionesco, parábola sobre el ascenso del totalitarismo.
En el complejo de viviendas israelí Shikun, asistimos al auge del pensamiento autoritario, donde algunas personas se convierten en rinocerontes mientras otras deciden resistir.
La idea del filme surgió durante la polémica reforma del sistema judicial llevada a cabo por el gobierno de Netanyahu, que desencadenó enormes manifestaciones de la sociedad civil.
El director, de 74 años, lo considera un plan para transformar Israel en un régimen autocrático y autoritario
.
La mirada del otro
En tanto, el director estadunidense Aaron Shimberg lleva al festival un interesante tema sobre la identidad humana de la autopercepción, tanto desde la mirada externa como interna de nosotros mismos.
A Different Man (Un hombre diferente) cuenta la historia de Edward, quien padece neurofibromatosis, trastorno genético del sistema nervioso que ocasiona tumores benignos o distorsiones en la piel, entre otras cosas. El singular aspecto de Edward define por completo su vida. Su carácter introvertido lo hace encerrarse en sí y establecer un mínimo contacto social. Las miradas de cualquiera que se cruza en su camino se clavan en su deformado rostro no son algo a lo que se acostumbre.
Su amable vecina parece ser un tanto diferente y establece con ella una cordial relación como buenos vecinos. Lo previsible ocurre y el introvertido Edward termina enamorándose de ella.
Llega entonces una interesante oferta de un equipo médico que ofrece a Edward probar un medicamento que paulatinamente corregirá las deformidades. El protocolo funciona y Edward poco a poco empieza a convertirse en un hombre muy atractivo, protagonizado por Sebastian Stan. Decide entonces eliminar de la faz de la tierra a Edward y lo da por muerto ante los vecinos. De hecho, consigue un trabajo donde se explota su imagen.
Aparece en escena otro protagonista con el rostro deformado por el mismo padecimiento que trabaja como actor y lleva una vida aparentemente feliz. Se trata del actor británico Adam Pearson en el papel de Oswald.
Edward es ahora un hombre diferente –el título del filme–, pero no es feliz. La imagen con que ha caminado por la vida no es suya, no logra reconocerse y la historia se va enredando en una especie de comedia que por momentos hace reír y por otros no deja de invitar a la reflexión sobre la construcción de la identidad en función de la mirada externa. Shimberg nació con labio leporino y paladar hendido.