Monterrey, NL., Al menos nueve de los 51 presidentes municipales de Nuevo León buscan dejar al frente de sus ayuntamientos a familiares, incluidos esposos, hijos, hermanos y padres.

Si bien aún falta que se definan todas las candidaturas, se conoció que en nueve demarcaciones gobernadas por el PRI, el PAN y Movimiento Ciudadano (MC), los ediles impulsan como sucesores a un hijo, a su pareja, a su padre o a otro familiar.

Es el caso de los dos municipios más poblados gobernados por el PRI en Nuevo León, Apodaca y Guadalupe, cuyos ediles César Garza Villarreal y Cristina Díaz Salazar, respectivamente, pretenden pasarle la estafeta a sus hijos, César Garza Arredondo y Tomás Montoya Díaz.

En Monterrey, demarcación gobernada por el emecista Luis Donaldo Colosio Riojas, su correligionario, el gobernador Samuel García Sepúlveda, respalda a su cónyuge, Mariana Rodríguez Cantú para ser la abanderada del partido naranja.

Tras dos trienios, el munícipe tricolor de Apodaca, Garza Villarreal, presentó a su hijo César Garza para sucederlo en el cargo, nominado por la alianza entre PRI, PAN y PRD.

El 25 de enero, Garza Arredondo fue arropado por tres ex gobernadores priístas –Sócrates Rizzo García (1991-1996), Benjamín Clariond Reyes-Retana (1996-1997) y José Natividad González Parás (2003-2009), además de los ex alcaldes de Apodaca Antonio Elizondo y Lombardo Guajardo.

En Guadalupe, la edil priísta Cristina Díaz Salazar concluirá en septiembre próximo seis años de gobierno, y promueve a su vástago Tomás Montoya Díaz, presidente del DIF municipal, para ser postulado por la coalición que encabeza Morena. Este cambio de partido se dio, luego de que el PRI descartó al aspirante como candidato, para apoyar al actual dirigente tricolor y diputado federal, José Luis Garza Ochoa, por lo que Montoya Díaz buscará llegar a la alcaldía por Morena.

Donde actualmente se pelea entregar el mando de esposo a esposa es en los municipios rurales de Zaragoza y General Bravo. En el primer caso el alcalde Juan Arturo Guevara, de MC, busca dejar el municipio a su esposa, Mildred, y en el segundo, el panista Édgar Cantú Fernández, pretende dejar a su esposa Patricia Cantú en la presidencia municipal.

En otros ayuntamientos, las alcaldesas quieren que sus esposos las sustituyan en el puesto, como en los casos de Rayones e Iturbide, demarcaciones del sur de Nuevo León.

La panista Sandra Torres, de Rayones, pretende regresarle la presidencia municipal a su esposo, Rolando Montoya, de quien heredó el puesto en 2018. En Iturbide, la priísta Cristina Rodríguez pasaría la alcaldía a su cónyuge, Arnoldo Carreón.

En tanto, el edil panista de Pesquería, Patricio Lozano, no se registraría por la relección y sería candidato a diputado federal para dejar el lugar a su padre, Miguel Ángel Lozano Munguía, quien ya fue alcalde en dos ocasiones, y dirigente estatal del PRI, para cambiarse luego al blanquiazul.

Esta sería la segunda vez que se hereda esa demarcación, porque Lozano Munguía ya fue munícipe en dos ocasiones, y en la última antecedió en el cargo a su hijo Patricio. En Allende, la herencia sería entre hermanas, pues Patricia Salazar Marroquín, que recién pasó del PRI a MC, declinó buscar la relección para que su hermana Beatriz se quede con la postulación a la alcaldía allendense, municipio de la zona citrícola de Nuevo León.

Patricia Salazar sería la suplente de Martha Herrera González en el Senado de la República.