Lunes 19 de febrero de 2024, p. 36
La posibilidad de que las fallas geológicas en la Ciudad de México –incluida la recién descubierta en Plateros y que cruza las alcaldías Álvaro Obregón y Benito Juárez– generen un sismo de magnitud mayor a cinco grados con repercusiones graves en la capital es latente, aunque muy poco probable, indicó Pedro Vera Sánchez, especialista del Instituto Politécnico Nacional.
El catedrático, jefe del Departamento de Posgrado en la Sección de Estudios de Posgrado e Investigación de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura Unidad Ticomán, aclaró que los recientes microsismos en la falla Plateros-Mixcoac no se originan por actividad humana, como las construcciones de líneas del Metro o de grandes edificios.
Esto, porque la cantidad de energía liberada por esas actividades es sumamente menor, comparada con la energía de las fallas geológicas. Agregó que los microsismos en la ciudad en realidad obedecen a un mecanismo muy similar al de un sismo de mayor magnitud: una fricción entre bloques de la corteza terrestre.
Normalmente, la disipación de la energía en un microsismo ocurre en un periodo de tiempo muy corto y muy localizado, por eso la sensación de la gente es que fue como un brinco, una sacudida muy corta e intensa, por la poca profundidad, pero también por la poca duración del evento, puesto que al final las ondas sísmicas que se liberan se disipan en este pequeño espacio
, explicó en un comunicado.
Hacer revisiones constantes
Precisó que la baja probabilidad de un sismo superior a cinco grados se debe a que las placas en fricción bajo la Ciudad de México no son de un tamaño tan grande como la placa de Cocos, que está en contacto con la placa Norteamericana, por ejemplo, por lo que la energía que pudieran liberar en caso de un movimiento brusco no sería tan grande.
No obstante, ante los recientes microsismos en la Ciudad de México, llamó a que los vecinos de la zona revisen de manera constante la infraestructura de sus viviendas, así como las construcciones urbanas, tanto de manera superficial como subterránea, y hacer un seguimiento del comportamiento que presenten.