Viernes 16 de febrero de 2024, p. 8
Dos hermanos decidieron crear una nave musical y lanzarla hacia el universo de la música, hace 46 años.
Parece que no les fue difícil volar puesto que, los hombres, también son ángeles, aunque sea de nombre. Se trata de Adolfo Ángel y Gustavo Ángel, quienes dirigen esa maquinaria volante que, para ese periplo por latitudes lejanas, dejaron el miedo a lo desconocido: iban armados con pistolas que disparan municiones de dopamina, las cuales doblegarían a cualquier corazón de piedra.
Ahora que llegan a su destino, deciden dejar ese navío espacial llamado Los Temerarios, que a lo largo de su trayectoria ha dejado una huella imborrable en la música latina, siendo un referente en el género de la balada romántica.
Legado musical
Aunque su decisión de retirarse como Los Temerarios (seguro seguirán en la música) ha conmovido a muchos, los Ángeles han expresado su deseo de despedirse en un momento cumbre, dejando un legado musical que perdurará en el tiempo.
Esa herencia sonora que dejan, la concretan en una gira de despedida que la noche de este miércoles hizo eco en la Arena Ciudad de México, donde comenzaron el primero de cinco conciertos que ofrecerán en el sitio.
Los hermanos de apellido Alba dejaron su esencia en el recinto de Azcapotzalco, donde se reunieron miles a cantarle al amor. Lo hicieron con casi 30 canciones que ejecutaron para el goce de al menos dos generaciones.
Y eso se sintió en el coloso del norte de la ciudad, donde sus fans (más ellas que ellos) cantaron cada uno de sus éxitos. Los pocos que no se sabían las letras, seguían con los labios o con los gritos.
Los Temerarios, institución en la música romántica, desató la locura de amarse en el día de San Valentín, donde los corazones rojos pulularon por doquier.
Son muchas emociones
, gritó Gustavo Ángel, el cantante, quien dio las buenas noches, con un rostro de felicidad.
Y tras cuatro piezas iniciales, siguió el saludo del grupo y, otra descarga de amor y desamor, despecho y orgullo, con más canciones que cantan y declaman a un amor perdido u olvidado.
Para los que ya no están juntos
, dijo el intérprete, que soltó Tu última canción. Tras el primer acorde, el coro de miles siguió a tono con el cantante.
Las rolas de Los Temerarios, paño de lágrimas para las parejas y los que ya no lo son, inundaron de dulzura y también amargura, por lo que ya no es
, los recovecos de este gigante auditorio.
Gustavo Ángel se volcaba en la lírica bucólica mientras su hermano Adolfo y cinco músicos de altísimo nivel imponía en el ritmo con sus característicos de sintetizadores que emanaban sonidos románticos.
Les tocaremos una canción muy romántica
, insistía Gustavo. Raro en ellos, y dejaron ir Si tú te vas y a algunos se les desencajo el rostro por ese recuerdo del abandono.
Pero también recetó otra pieza “para todos los que han hecho mal a sus parejas… Para que regrese el amor”, y sonó Sólo te quiero a ti.
La rociada de miel perduró durante una noche que no fue de despedida sino de rencuentro. "Extrañamos Tlanepantla, Zaragoza... Todo el DF...”, dijeron los temerálicos que para dejar tatuada su memoria, ejecutaron otros éxitos como Enamorado de ti, Tu infame engaño, Una tarde fue, Dímelo, Te hice mal y más sentimientos con apariencia de canciones que hicieron que muchos abordaran el Metro de regreso a sus casas, al filo de la medianoche.