Miércoles 7 de febrero de 2024, p. 25
Bogotá. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, afirmó ayer que un gobierno progresista no atacará la justicia, pero sí la impunidad.Tras reunirse con el titular de la Corte Suprema de Justicia, Gerson Chaverra, y el vicepresidente, Octavio Tejeiro, enfatizó que el progresismo es básicamente justicia, ciencia y poder popular.
Por eso la situación actual no debe dirigirse como presión a las cortes. La presidencia ha solicitado organizar las coordinadoras de fuerzas populares en cada municipio y departamento. Todo intento de golpe o violencia será respondido por la movilización popular general
, enfatizó el jefe de Estado.
Explicó que el movimiento popular debe ganar más capacidad de decisión y poder en este gobierno y solicitó al magisterio ayudar a organizar las coordinaciones de las fuerzas populares.
Según la Corte Suprema, las partes “dialogaron sobre la urgencia de promover el respeto entre todas las instituciones y sectores del país, con el propósito de salvaguardar la solidez de la democracia colombiana.
Se reúne con titular de la Corte y su vicepresidente
La reunión de Petro con el presidente de la Corte y su vicepresidente se da en el contexto del llamado de varios sectores sociales, sindicales y políticos para que las cortes elijan a la nueva fiscal general de la nación de la terna presentada por el mandatario.
También, en medio de las denuncias del propio Petro de un intento de golpe de Estado ideado por el fiscal general de la nación, Francisco Barbosa.
El mandatario alertó sobre los intentos de ciertos sectores de derecha por acabar con su gobierno y advirtió que Barbosa busca un golpe de Estado bajo un manto institucional, “tal como querían hacer en Guatemala y por las mismas razones.
La Constitución prohíbe que la fiscalía investigue al presidente, y es lo que acaba de hacer Barbosa en actividades que han incluido la tortura, la presión a testigos y la conversión de hechos completamente legales en ilegales
, comunicó Petro.
Lo que esconden, añadió, es una fiscalía podrida donde se permiten el encubrimiento del crimen y el narcotráfico, al punto que funcionarios bajo su mando cargaban los alijos en los barcos
.