Martes 6 de febrero de 2024, p. 27
Londres. El rey Carlos III de Inglaterra recibió el diagnóstico de un tipo de cáncer, menos de 18 meses después de ascender al trono y luego de más de siete décadas a la espera de convertirse en monarca.
El Palacio de Buckingham anunció ayer que Carlos, de 75 años, pospondría sus compromisos públicos mientras recibe tratamiento, pero espera retornar al trabajo lo antes posible.
Agregó que el cáncer no está relacionado con el reciente tratamiento del monarca por una afección benigna de la próstata. No especificó qué tipo de cáncer padece, y señaló que se observó otro tema preocupante
durante el tratamiento de Carlos por agrandamiento de la próstata el mes pasado, cuando pasó tres noches en un hospital de Londres.
Las pruebas de diagnóstico han identificado una forma de cáncer
, informó en un comunicado.
Su majestad ha comenzado un programa de tratamientos regulares, tiempo durante el cual los médicos le han aconsejado posponer sus deberes de cara al público. Durante este periodo continuará realizando los asuntos estatales y los trámites oficiales como de costumbre
, dijo el palacio.
El rey está siendo tratado como paciente ambulatorio, de acuerdo con el palacio.
Carlos se convirtió en monarca tras la muerte de su madre, la reina Isabel, el 8 de septiembre de 2022, tras ser el heredero, a la espera con más años de servicio en la historia británica. Fue coronado el 6 de mayo de 2023.
Catalina, la princesa de Gales y esposa del heredero al trono británico, el príncipe Guillermo, pasó dos semanas en la clínica de Londres después de una cirugía abdominal por una afección no revelada, pero no cancerosa.
La princesa no regresará a sus compromisos reales hasta después de Semana Santa y Guillermo, que ha cuidado a sus tres hijos mientras ella se recupera, realizará su primer servicio público desde su operación el miércoles.
Algunos comentaristas habían advertido que el activista medioambiental, que nunca tuvo reparos en dar opiniones francas sobre muchos temas cuando era heredero, supondría un cambio radical para la monarquía británica, trastocando el estilo estoico y dedicado de su madre.
Pero en cambio, se ha adaptado silenciosamente a su nuevo rol, y su ocupada rutina crea poco dramatismo. Esto hizo que el anuncio de su enfermedad fuera aún más sorprendente.
Las encuestas sugieren que, si bien Carlos no es tan popular como lo era su muy admirada madre, muchas más personas tienen opiniones favorables que negativas sobre él, aunque también parece haber un amplio segmento de indiferencia: personas que tampoco tenían una opinión formada.