Martes 6 de febrero de 2024, p. 22
Boeing informó de otro problema con los fuselajes de algunos de sus aviones 737 que podría demorar las entregas de unos 50 naves, en una nueva dificultad de calidad que afecta a la compañía.
En una carta dirigida al personal de Boeing el lunes, el director general de la división de aeronaves comerciales de Boeing, Stan Deal, escribe que Spirit AeroSystems, uno de los proveedores importantes de la compañía, detectó agujeros mal taladrados en los fuselajes.
Este pasado jueves, un proveedor nos notificó de fallos en los estándares en algunos fuselajes del 737
, comentó.
Según Deal, un empleado del proveedor señaló a su jefe que dos agujeros podrían no haber sido taladrados exactamente según los requisitos
de la empresa.
Spirit AeroSystems, con sede en Wichita, Kansas, fabrica gran parte de los fuselajes de los aviones Boeing Max.
Aunque esta posible situación no es un problema inmediato de seguridad y todos los 737 pueden seguir operando con seguridad, creemos que tendremos que hacer revisiones en unos 50 aviones aún no entregados
, apuntó Deal en la misiva a empleados, compartida con los medios.
Tanto Boeing como Spirit AeroSystems enfrentan un intenso escrutinio después de que un avión 737 Max 9 de Alaska Airlines se viera obligado a hacer un aterrizaje de emergencia el 5 de enero, cuando un panel que tapa el hueco de una puerta lateral salió volando del avión poco después de despegar en Portland, Oregon.
Se enfría la relación con clientes
Además, los problemas con los aviones Boeing han abierto una posible brecha con algunos de sus mayores clientes. El director general de United Airlines, Scott Kirby, declaró el mes pasado que la aerolínea considerará aviones alternativos en el futuro, y su homólogo de Alaska Airlines, Ben Minicucci, afirmó a NBC Nightly News que estoy más que frustrado y decepcionado. Estoy enojado.
Alaska Airlines y United Airlines, las únicas aerolíneas estadunidenses que utilizan el Max 9, dijeron haber encontrado piezas sueltas en los paneles de puertas de otros aviones que inspeccionaron tras el incidente. La FAA dejó en tierra todos los Max 9 en Estados Unidos al día siguiente del suceso. Dos semanas más tarde, la agencia aprobó el proceso de inspección y mantenimiento para que volvieran a volar.