Propone disminuir la desigualdad en el orbe
El nuevo embajador ante Naciones Unidas coincide con el mandatario en que el organismo se ha burocratizado
Jueves 1º de febrero de 2024, p. 12
El embajador Héctor Vasconcelos, nuevo representante de México ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se propone revitalizar el plan global contra la pobreza propuesto al Consejo de Seguridad por el presidente Andrés Manuel López Obrador en 2021.
El senador con licencia y ex presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado afirma en entrevista con La Jornada que es momento de que la ONU retome en su agenda temas que han quedado soslayados por crisis como la guerra en Ucrania y señala que los esfuerzos para disminuir la desigualdad deben ser una prioridad.
Formado en el seno de una familia de intelectuales, Vasconcelos es licenciado en ciencias políticas y relaciones internacionales por la Universidad de Harvard, maestro en historia política por la Universidad de Cambridge y realizó estudios de doctorado en la Universidad de Oxford.
El jefe de la misión mexicana en la ONU coincide con el presidente López Obrador en que el organismo se ha burocratizado y señala que continuará las gestiones emprendidas por México para su reforma estructural, en particular del Consejo de Seguridad.
Vasconcelos sintetiza lo que busca México junto con Francia y otros países: que la estructura de la ONU refleje las realidades geopolíticas de hoy, no las de 1945
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La ONU, confía, tiene remedio. Con todas sus limitaciones, quizás haya que decir, con sus fracasos para resolver ciertas crisis, el beneficio de que exista esta organización me parece incuestionable
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–¿Cuál es su prioridad de la encomienda que le ha dado el presidente López Obrador como nuevo representante ante la ONU?
–Cuando me reuní con el presidente, le pregunté si él estaría de acuerdo en que llevara yo dentro de mi agenda para la ONU de una manera prioritaria el darle seguimiento al plan que él llamó de bienestar y prosperidad, el cual propuso en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en noviembre de 2021.
–¿Se ha quedado archivada esta iniciativa?
–No es que se haya archivado en la ONU, simplemente se vino la crisis de Ucrania y eso ocupó la mayor parte del tiempo y las energías de la organización. El plan del presidente quedó un tanto sobre el escritorio, pendiente.
–¿Por qué cree que es oportuno que sea retomada?
–La desigualdad es insostenible. La propuesta lleva a la disminución de la desigualdad, ya no en México, sino en el mundo. El presidente propuso que las grandes empresas y los grandes capitalistas, personas que tienen sus fortunas calculadas no en millones, sino en billones de dólares, dedicaran un cierto porcentaje de sus ganancias anuales a un fondo destinado a aquellos cientos de millones de personas que viven con 1.5 dólares al día.
–Cuando hizo pública su designación, López Obrador dijo que le pediría que lleve nuestro mensaje a la ONU: que se despierten, que se aviven, que actúen porque están muy burocratizados
. ¿Cómo cumplirá este encargo?
–El presidente se refiere a lograr reformas para que la ONU esté vigente, actualizada con reformas al organismo y cambiando el hecho de que sí se ha burocratizado la institución a lo largo de las décadas.
–¿Cuál sería el sentido de esas reformas?
–Buscamos contribuir, como ya lo venimos haciendo hace años, a la reforma de la ONU en general y muy particularmente del Consejo de Seguridad. El problema es que los cinco miembros permanentes, que se establecieron en 1945, cuando se fundó la ONU, Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, Francia y China, detentan el veto con el cual pueden frenar cualquier acción de la organización.
–¿Es viable un cambio en la estructura de la ONU?
–Sí, por la presión del número de países que lo están demandando. Tiene usted en la ONU 193 países y no hay más que cinco que tienen estos privilegios.
–¿Entonces, tiene remedio?
–No solamente tienen remedio los aspectos que habría que reformar, sino que incluso tal y como está sirve de mucho. La sola idea de un foro donde está representada tal cantidad de países, prácticamente todos los del mundo, con unas cuantas excepciones, ya eso en sí es de gran valor, porque es un lugar donde los países pueden dialogar. Si no tuviéramos ese diálogo, los problemas de los pasados 78 años hubiesen sido aún peores de lo que han sido.
–¿Considera que el organismo ha sido exitoso en su labor?
–La ONU no fue capaz de resolver la mayoría de sus grandes crisis. Me remontaría, por ejemplo, a la de misi-les entre Cuba y la Unión Soviética en1962, porque eso fue solucionado de manera directa entre el presidente John F. Kennedy y el primer ministro Nikita Jrushchov, no fue la ONU la que decidió; o la crisis de Ucrania, ahora, la ONU per se no ha podido resolverla, pero de todas maneras ha contribuido a aminorarlas.
–¿Cuáles serían los resultados positivos de la ONU?
–Ha habido muchas cosas que la ONU sí ha logrado. Por ejemplo, el incremento de la conciencia de la importancia de los derechos humanos, que en 1945 eran prácticamente inexistentes. En los años 30 y 40, cuando los nazis, los fascistas y Franco cometieron todas sus atrocidades, lo hicieron sin tener siquiera un punto de referencia, como lo es a mi juicio la Carta de las Naciones Unidas. Hoy nadie se atrevería a negar, al menos en principio, que todos los seres humanos gozan del derecho a la vida, a la libertad, a estos criterios que se establecieron mundialmente por la ONU.