Lunes 11 de diciembre de 2023, p. 9
Con la música y letras inmortales de los boleros Nuestro juramento y María bonita, el espíritu de María Félix inundó la sala José Clemente Orozco, del Antiguo Colegio de San Ildefonso, donde a propósito de la figura de la célebre actriz mexicana surgió la frase: “me llamaron La Doña, diosa, mito, máscara y diva del cine mexicano. Soy María, mi propia creación”.
La tarde del sábado, en el recinto del Centro Histórico, mismo lugar donde llegaba la actriz décadas atrás, se presentó la segunda edición de Acuérdate, María, de Sergio Almazán, en el que el autor estuvo entre la biografía y la novela; su estilo fue inspirado por el escritor y cronista Carlos Monsiváis en el sentido de que ningún mito se sostiene sólo de verdades
.
En su obra aborda la última hora de vida de la gran estrella mexicana y presenta a la otra María, quien en la intimidad, se despoja del oropel, del vigor y la altivez para mostrar ante el espejo de su pasado la orfandad y caminar hacia su propia mitología
.
Almazán, quien estuvo acompañado por la abogada feminista Anabel Ruiz, la periodista Pamela Cerdeira y la cantante Geo Meneses –quien interpretó unos boleros, muy significativos en la historia de La Doña– señaló que la publicación, editada por Amtalai Publishers, requirió un arduo trabajo de documentación para desmitificar, develar los claroscuros y entrar a la vida de María Félix, la niña huérfana de todos los afectos y la estrella vacía con coraza de acero para sobrevivir a sus propios fantasmas.
Acuérdate, María se publicó por primera vez en 2014; en esta segunda edición se integran fotografías de María Félix en el Centro Histórico de la Ciudad de México, captadas en 1996 por la cámara de José Zepeda durante la grabación del documental María y sus ciudades; este último también acompañó al autor en el emblemático recinto.
Ruiz sostuvo: “conozco venturas y desventuras de La Doña, una mujer que parece que insistió en llevar su vida como una eterna película”.
La historia y vida de la actriz, escrita por Almazán, me develó a una mujer no apreciada en su justa dimensión; consiguió la fama, la divinización, el dinero, el éxito, el aplauso y la inmortalidad, porque si nace y muere el mismo día y nos reúne a todos en Bellas Artes para despedirla, yo no sé, entonces, qué es una diosa
, comentó Ruiz.
Cerdeira afirmó que infancia es destino y esto marcó a la diva, además, siempre me ha parecido fascinante que una persona pueda vivir con ese nivel de soberbia y ser profundamente amada
.
Almazán sostuvo: siempre hay algo que descubrir, y María nos regresa a reflexionar sobre su enorme papel, no sólo en el cine nacional e internacional, sino como la primera actriz mexicana que permitió que el séptimo arte del país dejara de ser visto en el extranjero como cine de rancho o campirano
y, en vez de eso, hablar de la mexicana cosmopolita.