ace poco más de 10 años me surgió la idea de transformar la forma y el modo en que los sindicatos y las empresas nos comunicamos para sostener relaciones de trabajo más justas y recíprocas. Esta nueva estrategia estableció las bases de una nueva política laboral de respeto y fuerza sindical, que se ha traducido en logros y beneficios para los trabajadores y sus familias, como lo son los aumentos salariales y prestaciones que hemos alcanzado en los últimos años, muy por encima de otras organizaciones y del promedio nacional.
El punto central ha sido consolidar una mejora continua en el respeto recíproco que forme una relación de equilibrio y profesional con los empleadores, bajo el reconocimiento apropiado y jurídico de ambas partes, a través de compartir experiencias, preocupaciones y proyectos para un mejor entendimiento. Así, fomentar el diálogo fortalece el vínculo y la relación laboral que nos une para avanzar en las buenas prácticas que buscamos, basadas en el cumplimiento de las obligaciones y la dignidad de la clase trabajadora.
En ese marco, hoy 7 de diciembre de 2023, el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares que me honro en presidir, llevamos a cabo la 10ª Reunión Anual de Cooperación y Corresponsabilidad para la Productividad Laboral y Empresarial, un evento que, por su impacto, se ha vuelto único a nivel nacional y una tradición en el sindicato, además de que nos orienta en los panoramas presentes y futuros. En estos encuentros, los principales directivos de las empresas presentan sus programas de producción, operación y crecimiento; asimismo, nos comparten los retos que enfrentan por la competencia, el mercado, los precios y las coyunturas económicas y sociales. En el sindicato nos percatamos de que para transformar la visión del mundo sindical en México y para articular el suelo común de una nueva era, resulta necesario reconfigurar la relación con las empresas. De este modo, somos la única organización del país, y de los pocos a nivel internacional, que se destaca por fomentar encuentros respetuosos y de intercambio cordial, basados en la situación presente y los retos del futuro, así como en la defensa férrea de los derechos de los trabajadores.
La interacción abierta entre sindicatos y empresas emerge como un pilar fundamental para la construcción de un sindicalismo renovado y representativo en la época actual. En un entorno donde los desafíos evolucionan rápidamente, la colaboración entre ambas partes es un medio indispensable para abordar de manera eficaz los proyectos y retos que afectan a la fuerza laboral. La transparencia y la democracia en estas conversaciones se vuelven esenciales para garantizar que las decisiones tomadas reflejen fielmente las necesidades y aspiraciones de la clase trabajadora. Un sindicalismo transformado, basado en el diálogo franco y en la participación activa de los trabajadores, no sólo fortalece la posición de estos últimos en la negociación colectiva, sino que también contribuye a la construcción de relaciones más saludables y equitativas.
La creación de espacios de diálogo entre sindicatos y empresas apunta a resolver conflictos y busca establecer un marco de colaboración que proporcione beneficios mutuos. Esta perspectiva implica reconocer que la prosperidad de la empresa y el bienestar de los trabajadores están intrínsecamente ligados. Al fomentar una relación cercana y de cooperación, ambas partes pueden trabajar en aras de objetivos comunes, buscando soluciones que, aunado a mejorar las condiciones laborales, impulsen la productividad y la sostenibilidad empresarial. En este contexto, la transformación del sindicalismo se presenta como un vehículo clave para construir un entorno donde la voz de las personas trabajadoras tenga un impacto significativo en la toma de decisiones que afectan su vida profesional y personal, así como en un papel central en la comunidad.
De este modo, los mineros trabajamos en conservar relaciones constructivas que comulgan con nuestros objetivos de justicia laboral y prosperidad compartida, sin abandonar los principios y valores que nos distinguen en la lucha social.
No hay nación en el mundo que mantenga niveles de vida aceptables, se consolide y dirija al crecimiento sin la aportación, el esfuerzo y la entrega de la fuerza laboral que día con día enriquecen el proceso productivo de un país. Al ser pioneros en estas prácticas, las y los trabajadores mineros, metalúrgicos y siderúrgicos somos la punta de lanza en el respeto y la buena relación entre empresas y clase trabajadora; con la sociedad mexicana y el país en general, como los mayores beneficiarios de dicha relación. Nuestra visión central es la defensa, la garantía y la ampliación de los derechos laborales, el bienestar y la mejora constante de sus entornos de trabajo, para lo cual es necesario crear y fortalecer un nuevo sindicalismo vanguardista, auténticamente representativo, democrático, que tenga un impulso real para superar las dificultades y consolidar con mayor profundidad el proceso de transformación que atravesamos. Los mineros estamos comprometidos con ser la organización que haga realidad esta nueva visión y el resultado de la última década de estos encuentros es una muestra de ello.
Tanto nuestro sindicato como sus dirigentes reiteramos nuestro compromiso con el desarrollo de la clase trabajadora, sus familias y de todo México. Hoy nos posicionamos como uno de los sindicatos más combativos y de lucha, que busca a diario impulsar una visión actual, moderna, progresista y de diálogo abierto entre las necesidades de la clase trabajadora y los obstáculos y retos que enfrentan las empresas. La lucha por la dignidad y los derechos laborales nos beneficia a todos, los mineros seguiremos trabajando para construir perspectivas que privilegien la justicia y la dignidad, así como una vida próspera y de derechos. En nuestro contexto, el nuevo sindicalismo mexicano toma cada vez más fuerza y va permeando en la cultura laboral nacional: es momento de avanzar sin dar un paso atrás para lograr el mundo del trabajo que las y los mexicanos merecemos.