Cielo rojo
a Muestra tiene un cierre notable con Cielo rojo ( Rotte Himmel, 2023), del alemán Christian Petzold, segundo segmento de una tetralogía sobre los cuatro elementos de la naturaleza. A su cinta anterior, Undine (2021), la marcó la presencia del agua; a su propuesta actual, el fuego; y el director prepara ya las dos cintas correspondientes al aire y a la tierra. Petzold, un miembro destacado, junto con Angela Schanelec ( Música, 2023), de la llamada Escuela de Berlín, autores los dos de un cine de expresión estética muy novedosa, ha propuesto en cintas como Yella, Bárbara, Phoenix o Transito, entre 2007 y 2018, una relectura crítica de la historia alemana reciente y un fino análisis de las relaciones afectivas, con la intrusión ocasional de elementosfantásticos.
En Cielo rojo el tono es ligeramente distinto: hay una historia intimista, situada en una casa de campo a orillas del mar Báltico, con cuatro personajes participando en un cortejo erótico amoroso cruzado –con guiños al teatro de Marivaux, al cine de Renoir y al Bergman de Sonrisas de una noche de verano (1955)–, así como la llegada de un quinto personaje, Helmut (Matthias Brandt), un editor literario que aporta a ese escarceo lúdico un elemento dramático inesperado. Hay también un incendio forestal cercano como una amenaza ominosa que vuelve más intenso aún el desasosiego emocional que se apodera de los personajes.
En torno al joven escritor Leon (Thomas Schubert) –autor de dos novelas; la primera, exitosa; la segunda ( Club sandwich), un fiasco total que él se niega a reconocer– gravitan su compañero de viaje Felix (Langstom Uibel), la inesperada joven inquilina del lugar, Nadja (Paula Beer), de quien Leon se enamora, y el atlético salvavidas Devid (Enno Trebs), de cuyos encantos físicos disfrutan Felix y Nadja. Cielo rojo revela, más que otras cintas anteriores, el declarado afecto de Petzold por el cine francés, tanto del Eric Rohmer de Pauline en la playa (1983) como de Emmanuel Mouret ( Las cosas que decimos, las cosas que hacemos, 2020), explorador más joven de viejas turbulencias amorosas.
Comedia romántica de equívocos, drama sobre el necio individualismo de Leon como autosabotaje existencial, constatación lúcida de la importancia de los afectos ante la inminencia de un desenlace fatal, advertencia también sobre el peligro de un ecosistema amenazado por el calentamiento global. Hay en esta cinta una gran variedad de enfoques narrativos, una combinación astuta y atractiva del drama y la comedia, y sobre todo el desempeño de actores tan notables como Thomas Schubert y Paula Beer. Un placer siempre renovado seguir la trayectoria de Christian Petzold, figura ya indispensable en los festivales de cine.
Se exhibe en la sala 1 de la Cineteca Nacional Xoco a las 16 y 21 horas.