Miércoles 22 de noviembre de 2023, p. 5
Después de un paréntesis de seis años por razones personales, la artista Teresa Zimbrón ha regresado para exhibir de manera individual. El último refugio, exposición montada en la galería La Mercantil, combina obra pictórica realizada en 2023 con piezas que se remontan a 2000, todo pintado el óleo. Se aprecian cambios en su proceder que apuntan hacia temas más surrealistas. También hay escultura en diferentes materiales como el bronce y la madera.
Con una trayectoria de más de tres décadas, Zimbrón reconoce que, al retomar los pinceles, en su obra había demasiados símbolos
debido a lo que vivió en ese lapso. Sus experiencias cambiaron su obra y la llenaron de símbolos como una manera de superarlo. Es decir, un lenguaje para seguir aquí en el mundo
.
Sus piezas se volvieron más expresivas, incluso angustiantes, como se aprecia en sus cuadros de laberintos. Con mirada fría, uno podría concentrarse sólo en la composición; sin embargo, se impone un pequeño hombre en primer plano que no percibe la salida a su problema. En efecto, aunque uno se desnude de todo lo que ha sido, o quiere ser, la salida cada vez se ve más lejos
, señala. Aunque la huida del laberinto está a la vista de todos, no lo ve el personaje del cuadro; entonces, empieza a excavar algo que sería una falsa salida, lo que representa una pérdida para todos los demás
.
Respecto a su incursión en el volumen, Zimbrón admite: No sabía si podía, me sentía medio torpe, luego me di cuenta de que me gustaba y que era otra manera de expresarme. Ahora los temas tienen que ver más con mi vida, pero antes se centraban en lo que pasaba en el exterior. Estoy totalmente inmersa en mis procesos
.
¿Qué la animó a hacer escultura? “Veía a Alberto (Castro Leñero, su esposo), también a mis hijos Marcos y Daniel. Claro, cuando eran niños mi manera de entretenerlos era ponerlos a hacer lo que a mí me gustaba. Las paredes siempre estaban listas para que las rayaran. Los veía tan talentosos que me dije: ‘Voy a empezar a probar’ y lo hice con alambritos como ellos lo hacían. Me di cuenta que me gustaba”.
Teresa Zimbrón estuvo en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, ahora Facultad de Artes y Diseño; después estudió cerámica en Italia. Aunque le gusta todo esto que tiene que ver con la forma, más bien hacía cacharros. Nunca me animé a hacer personitas o animalitos. Hacía puras cosas en el torno
. Como utilizaba el torno de pie manual, no eléctrico, se lastimó: Me lo prohibieron porque de otra manera me tendrían que operar el pie
. Fue cuando empezó a pintar.
La exposición El último refugio, de 26 obras, permanecerá hasta el 31 de diciembre en la galería La Mercantil (Fernández Leal 107, Coyoacán).