Sobre hierbas secas
n drama chejoviano. Con la persistente aspiración a obtener algún día un puesto como profesor en Estambul, el maestro de provincia Samet (Deniz Celiloglu), soporta resignado su rutina laboral con alumnos adolescentes y colegas de trabajo a los que más o menos desprecia. La suya es una historia de insatisfacción personal permanente, susceptible de provocar incomodidad o malestar en quienes le rodean, en especial en Nuray (Merve Dizdar), joven colega a la que corteja infructuosamente, dado que ella prefiere la apostura y, sobre todo, el carácter menos taciturno de Kenan (Musab Ekici), compañero de cuarto de Samet. Este drama de frustración laboral, desasosiego existencial y desencuentros afectivos transcurre en un pequeño pueblo de Anatolia, tapizado todo por la nieve, donde los días se suceden con esa misma morosidad que mantiene al protagonista con la exasperación a flor de piel.
En Sobre hierbas secas (2023), del cineasta turco Nuri Bilge Ceylan ( Sueño de invierno, 2014; El peral silvestre, 2018), la tranquilidad del pueblo se interrumpe bruscamente el día en que Samet se ve envuelto en un escándalo inesperado. Sevim (Ece Bagci), su alumna favorita de 14 años, dirige contra él una grave acusación de acoso físico, señalamiento que también afecta, sin mayor sustento, al propio Kenan, por actos parecidos. ¿Se trata de una historia de despecho juvenil por una carta imprudente enviada al maestro por la joven y que éste último se niega a regresarle? ¿O de una acumulación de agravios escolares que Sevim intentaría vengar con un pretexto tan impreciso como deleznable? La película no ofrece al respecto mayor esclarecimiento. Lo que sí desarrolla es la tormentosa relación de fuerzas, evidentemente desigual, entre el profesor y su alumna.
Con muchos puntos en común con sus trabajos anteriores, es especial la tendencia a diálogos muy extensos y a una puesta en escena muy teatral (misma que el cineasta rompe en un momento, de modo audaz, con una propuesta brechtiana), Sobre hierbas secas se singulariza por la astuta construcción de sus personajes, particularmente el de Samet, un hombre mucho más complejo, más vulnerable y tierno, de lo que sugiere su primera imagen de energúmeno frustrado. La atención al paisaje es otra constante en el cine de Bilge Ceylan que en esta ocasión registra el paso de una estación a otra, transportando al espectador de un invierno melancólico y sombrío hasta un verano luminoso donde la reconciliación y el perdón se vuelven una oportunidad tangible. Un cine poético que hace de su larga duración una rigurosa necesidad artística.
Se exhibe en la sala 3 de la Cineteca Nacional Xoco a las 13:30 y 19 horas.