uando Alexis Vega se plantó detrás del balón sin tomar la distancia suficiente, redujo drásticamente las posibilidades de acertar el tiro penal. Estaba nervioso, no quería mirar al portero Julio González porque de pronto le pareció infinitamente gigantesco, tanto, que no le dejaba siquiera un hueco para filtrar el balón... y falló. Minutos antes, apenas lo vio el público al margen del campo dispuesto a entrar de cambio, se soltó la rechifla generalizada. Lo que hasta momentos antes habían sido aislados insultos, se tornó ensordecedor.

¡Borracho!, “¡fuera…!”, ¡ya lárgate! fueron algunos de los gritos que los aficionados dedicaron con furia al jugador mejor pagado del Rebaño. Pero el sábado en el estadio México 68, aunque la frustración se centró en Alexis, en realidad el equipo visitante anduvo mal, resultó incapaz de hilvanar tres pases con acierto, careció de profundidad al ataque, sólo el portero Miguel Wacho Jiménez dio la cara y evitó males mayores; incluso, el tanto del gol derivó de una falla en la marca de Raúl Martínez, precoz compañero de correrías de Vega.

Aunado a esa fragilidad que lo ha llevado a constantes lesiones de rodillas (la última le impidió asistir a la Copa Oro), está su irrefrenable gusto por la fiesta y el trago, destacan dos casos: el video que el propio Vega subió a las redes sociales donde luce, botella en mano, junto con Uriel Antuna. Y la reciente, cuando metió damiselas a un hotel de Toluca... No debe haber controversia sobre si el atleta de alto rendimiento nace o se hace, el futbolista tiene cualidades, pero requiere formación, disciplina, mentalidad y todo eso que tanto les cuesta.

Y mientras Alexis luce más apropiado para el diván que para la liguilla, la directiva entra en dudas acerca de si fue un error ventilar la indisciplina de sus jugadores, porque ahora le urge ponerlo a punto para lo que sigue: transferirlo y rescatar algo de su inversión. Ahí está Veljko Paunovic pidiendo amor al prójimo para Vega, clamando que lo quiere salvar, recuperar... De pronto Chivas parece una extensión de los agustinos o carmelitas descalzos tratando de arrancar del vicio a Víctor Pocho Guzmán, de las tentaciones carnales a Vega, etcétera, etcétera.

Aparte del melodrama de Alexis, poco ocurrió en la fecha 17. Tigres y América decidieron dividir puntos y no correr riesgos, no les importó la gente que llenó el Volcán soportando frío y lluvia y empataron 0-0, igual que Atlas-Necaxa y Gallos-Rayados. Xolos cayó ante los Tuzos y junto con Toluca fueron los máximos fracasos de un certamen en el que Grupo Pachuca, Orlegi y Caliente se hicieron a un lado y dejaron vía libre al América... No extrañaría que Santos pronto ceda el nido a Juan Brunetta o al líder goleador Harold Preciado.

Frustrado y fiel a su estilo de repartir culpas, Miguel Piojo Herrera se burló de la Federación Mexicana de Futbol: cuando ya te jodió, cuando ya te exhibió el TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo), anuncias que vas a cambiar reglamentos, ironizó molesto porque Puebla ganó la controversia, le restituyeron los puntos y Xolos se quedó sin play-in, estratagema ridícula para dar partidos a las televisoras... En la rama femenil se enfilan a semifinales Tigres, América, Chivas y Rayadas o Xolas... Juan Carlos Cacho pende de un hilo en el timón de las Tuzas.

Santiago Giménez entró en pausa, no ha anotado en sus últimos partidos, en tanto, Hirving Chucky Lozano parece enrachado. Para celebrar: Raúl Jiménez, tras 20 meses de sequía, se rencontró con el gol. Todos ellos están considerados por Jaime Lozano, que este viernes enfrentará en cuartos de final de la Concacaf Nations League a Honduras, con la lupa sobre Julián Quiñones, colombiano naturalizado mexicano y presuntamente bien acogido por todos, ya se verá si lo abastecen de balones o la bienvenida fue nomás de dientes para afuera.

Mal inicio de la Sub-17 en el Mundial de Indonesia, con derrota frente a Alemania. La opción para empezar a sumar puntos es el miércoles contra Venezuela, equipo que llega con los dientes afilados, pues en su debut dio cuenta por goleada de 3-0 sobre Nueva Zelanda. El técnico Raúl Chabrand sabe que es un reto mayúsculo, con la presión a sus espaldas de dos títulos mundiales (2005 y 2011) que lucen cada vez más lejanos, fiel reflejo del abandono de las fuerzas básicas... Se preocuparon más por el show para dar el listado que por preparar al equipo.