Viernes 10 de noviembre de 2023, p. 19
El elefante en la Arena es una decisión ya tomada: la de la candidatura al Gobierno de la ciudad que comandó la figura central del acto. Es una tarde festiva, pero los discursos dejan claro el tamaño del paquidermo.
Tras un apretado recuento de las obras emblemáticas de su mandato, Claudia Sheinbaum alza la voz, silabea una palabra y nombra al elefante: quiero un com-pro-mi-so, un compromiso de todos; quiero un compromiso que se llama unidad
.
Con caras de no-se-trata-de-mí, Clara Brugada y Omar García Harfuch –las figuras que han desatado un duelo de ovaciones ganado por la primera– observan la escena con sonrisas apenas dibujadas.
En cada palabra y gesto, los jefes morenistas que ocupan las primeras porciones de la Arena México (con capacidad para 16 mil 500 personas, llena a tope) tratan de encontrar pistas sobre la decisión que anunciará este vienes, cuando se dé a conocer la lista de coordinadores
, una vez que se informe a los suspirantes de sus números en las encuestas y de los acomodos por género.
Sigue la coordinadora de la Cuarta Transformación: nos debe quedar muy claro a todos que lo que importa es el proyecto, no la persona; todos en unidad con Morena para que siga esta transformación. Luchamos por causas, no por puestos
.
¿Unidad o división?, ¿unidad o división?
, pregunta y repregunta tres veces, como si la reiteración exorcizara el fantasma de la desunión. Durante unos instantes, las arengas unitarias de Sheinbaum tienen como fondo el grito de ¡Clara, Clara!
Sheinbaum deja al final la mención de García Harfuch y con ello le regala una ovación que busca competir con la provocada por la ex alcaldesa de Iztapalapa.
La arenga de la coordinadora surte efecto en la primera fila, donde los cinco suspirantes se toman de las manos y alzan los brazos al grito de ¡unidad!
En unas horas, el público en general sabrá de la definición ya conocida por la cúpula de Morena.
En la mantas y cartelones no hay demandas ni causas, sólo los nombres de las alcaldías y alguno que otro de un diputado que se sintió obligado a la autopromoción. Varios cartelones en las alturas llaman la atención: fotos de Claudia Sheinbaum acompañadas de la frase Eres grande
.
A oído de buen cubero, los iztapalapenses son la mitad del público en la capital de la lucha libre. A la espera de la virtual candidata presidencial, varias veces hacen sentir su supremacía numérica, tanto cuando gritan el nombre de su alcaldía como cuando se unen en el grito de apoyo a quien fuera su alcaldesa.
Cuando ya las gradas están repletas, abajo ocurren rudas batallas para ingresar a las primeras filas. Afuera quedan muchas personas, como evidencia de que esta vez Morena cuidó no repetir el fallido acto del Estadio Azul, cancelado por falta de asistencia.
En la espera, una canción con tono silviorodriguiano (es mujer de izquierda/ bien preparada
, tralalá) pone fondo a los apachurrones y codazos de los invitados especiales.
Andrea Chávez, la joven diputada chihuahuense que coordinó la campaña de Adán Augusto López, se confirma emperatriz del codazo. Permiso, permiso
, va diciendo. Alguien le contesta: Todos queremos pasar
. Sí, pero nosotros vamos al templete
. La afirmación no es cierta, pero no impide que la diputada termine en un lugar hasta adelante, al lado de quienes aspiran a ser ungidos coordinador de la 4T en la ciudad capital. Saber acomodarse para la foto es todo un arte, ni duda cabe.
En su turno, Mario Delgado, presidente nacional de Morena, aborda de paso la disyuntiva de 2024 frente a la oposición (¿transformación o corrupción?
), para en seguida concentrarse en el mensaje de unidad y en la necesidad de respetar las encuestas
.
Le sigue en la palabra el coordinador de voceros, Gerardo Fernández Noroña, quien quintuplica los aplausos del presidente de Morena y se dedica a conectar con el obradorismo plebeyo: no somos un chingo, somos como veinte chingos
, y termina con una consigna a tono con el carro completo de un desplegado de apoyo a García Harfuch: ¡Unidad a toda costa!
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