Moscú. Rusia y Estados Unidos celebraron hace poco y a nivel adecuado consultas presenciales sobre los motivos de fricción en la relación bilateral, pero no lograron avance alguno y las reuniones sólo sirvieron para constatar que los nexos entre Moscú y Washington se encuentran en una gravísima crisis, como no la habían tenido en mucho tiempo.

Reveló lo anterior este jueves el vicecanciller ruso, Serguei Riabkov, en una entrevista con el canal de televisión privado RTVI, que transmite en idioma ruso vía satélite y por cable en Europa y América del norte.

El funcionario, quien se ocupa de la relación con Estados Unidos y del tema del control de armamento, no precisó quiénes encabezaron las respectivas delegaciones ni dónde ni cuándo se llevaron a cabo las consultas, limitándose a decir que ese tipo de contactos se efectúan a veces y en terceros países.

De acuerdo con Riabkov, hace poco se llevó a cabo una ronda de consultas sobre las discrepancias en la relación bilateral con Estados Unidos. Como era previsible, “no se alcanzó ningún progreso y las perspectivas de avanzar son muy débiles.

No se pudo lograr (progreso) ni siquiera en lo que cabría pensar que convendría a todos, como lo relacionado con el funcionamiento de las misiones diplomáticas y la concesión de visados, pero la otra parte (Estados Unidos) no está dispuesta a ello, lamentó.

El viceministro de Relaciones Exteriores no descartó la posibilidad de tener que reducir el nivel de los lazos diplomáticos, mediante el retiro de embajadores y la disminución de personal; sin embargo, aclaró que Moscú no quiere romper relaciones con Washington.

A pesar de la gravísima crisis que padecen nuestros vínculos, sin análogos en el pasado, sopesamos con detenimiento cada paso para evitar una mayor escalada. Son las instrucciones de nuestros dirigentes, y en la cancillería las cumplimos al pie de la letra, afirmó Riabkov.

Las relaciones con Japón tampoco pasan por su mejor momento. El primer ministro Mijail Mishustin firmó este jueves el documento que pone fin al convenio de cooperación con Japón en materia de asistencia para la destrucción de armas nucleares y encomendó a la cancillería notificarlo a Tokio.

Suscrito en 1993, el convenio estipulaba que Japón prestara ayuda a Rusia para eliminar gradualmente su arsenal atómico mediante un comité binacional que concentraba el intercambio de información y fijaba las modalidades de la colaboración.

La ruptura se produjo tras meses de acumular tensiones respecto a este tipo de armas. En marzo anterior, Tokio condenó la decisión del Kremlin de instalar armas nucleares tácticas en territorio de Bielorrusia, mientras el canciller Serguei Lavrov, en julio pasado, acusó a Japón de tener la intención de instalar en su archipiélago armas atómicas de Estados Unidos.