Viernes 10 de noviembre de 2023, p. 4
La ancestral y extendida convicción de que el amor romántico persiste por encima de todo, incluso de la muerte, es puesta en tela de juicio en el unipersonal Eurídice vuelve, estrenado en el Foro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (Cenart), donde se mantendrá durante tres funciones más, hasta el 12 de noviembre.
Dirigido por Ricardo Rodríguez, es protagonizado por la creadora escénica Elizabeth Pedroza, quien realizó el montaje como resultado de una investigación sobre el texto Eurídice vuelve, de la escritora mexicana Esther Seligson, inspirado en el mito de Orfeo y Eurídice.
A partir de un teatro muy físico y sumamente demandante en términos emocionales, Elizabeth Pedroza explora la transición de la poesía de Esther Seligson al lenguaje escénico mediante la investigación exhaustiva de la verbalización y los recursos corporales.
Es una lectura que confronta y resquebraja aquel conocido mito griego con el fin de mostrar sin miramientos cómo la idealización del amor resulta más traicionero y doloroso de lo que imaginamos, incluso cruel y letal.
A diferencia del mito, en el que Orfeo desciende al inframundo para rescatar a su amada, en Eurídice vuelve se narra que es ella quien huye del Hades por cuenta propia y rebasa todas las fronteras en busca de su amado, para, al final, darse cuenta de que esa huida le permitirá encontrarse consigo misma, no sin experimentar en ese tránsito desesperación y angustia ante la indiferencia de Orfeo.
Según la producción de esta puesta escénica, en ella “se explora el mito de Orfeo y Eurídice en la construcción de lo que llamamos ‘amor romántico’ y reflexiona sobre cuántas Eurídices conocemos en el día a día que se vuelcan en expectativas sobre otro, así como en los anhelos y necesidades de un ser que sólo existe en nuestras cabezas.
“Eurídice vuelve busca desarticular historias y creencias, arrancar de raíz para no volcar en el otro nuestra idea de amor, a fin de que cada persona se haga responsable de su manera de amar y dejar de ser víctimas, ya que aún hoy existen muchas Eurídices que luchan por salir de las sombras.”
Belleza e intensidad
Con duración de 40 minutos, el montaje tiene como pilares la belleza e intensidad del texto poético de Seligson, así como la capacidad histriónica de la protagonista.
Las acciones transcurren en la caja negra del escenario sin más recursos escénicos que un sutil diseño de luces, que propicia una atmósfera onírica y nostálgica, y una escenografía en extremo austera, consistente en un enorme círculo que ocupa casi todo el piso del escenario, elaborado con restos vegetales.
Es dentro de ese círculo –¿acaso referencia de uno de los descritos por Dante?– donde Eurídice establece un diálogo desde sus adentros con Orfeo para externarle su deseo de estar, de reconocerse, de gozar, de dar rienda a sus mutuas ansias, y también para reprocharle su silencio, miedo y que no esté ahí.
Al final, debe reconocer que aquél no es responsable de los sueños que ella tiene ni de sus fabulaciones. De nada me duelo, no reprocho, no vine a ajustar cuentas, sólo a vaciarme
.
Las tres funciones restantes de Eurídice vuelve serán hoy a las 20 horas, mañana a las 19 horas y domingo a las 18 horas. El Cenart se encuentra en calzada de Tlalpan y Río Churubusco, colonia Country Club.