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Meten a México en la negociación

Condicionan en EU aprobación de fondos para las guerras en Israel y Ucrania

Republicanos y demócratas en el Congreso exigen mayor control para evitar el flujo de migrantes

Corresponsales
Periódico La Jornada
Jueves 9 de noviembre de 2023, p. 27

Washington y Nueva York. ¿Qué tiene que ver la frontera con México con la guerra en Ucrania e Israel? Más allá de que algunos políticos advierten que terroristas y espías pueden ingresar a Estados Unidos, nada, pero todo indica que ese será el costo para lograr la aprobación legislativa del paquete de asistencia militar que Washington propone enviar a Kiev y Tel Aviv.

Republicanos y demócratas en el Congreso están negociando nuevas medidas severas para reducir el flujo de indocumentados a este país a través de su frontera suroeste, pero nadie está dispuesto a gastar capital político en un debate sobre una solución integral y comprensiva de ese eterno tema, incluida la creciente necesidad de mano de obra inmigrante para suplir a una fuerza laboral de millones que se está jubilando.

Debemos tener una solución creíble para la frontera tan ampliamente abierta, declaró esta semana Mitch McConnell, líder de la minoría republicana en el Senado, al insistir en que el proyecto de ley para otorgar más asistencia militar a Israel y Ucrania que el Congreso está evaluando este mes debe incluir una solución creíble para la frontera.

El líder de la mayoría demócrata del Senado, Chuck Schumer, rechazó propuestas para una frontera de derecha dura, aunque aceptó que el Congreso debe aprobar la propuesta de asistencia militar del presidente Joe Biden que también incluye fondos para reforzar la frontera.

De hecho, la propuesta presentada por la Casa Blanca a finales del mes pasado para otorgar más de 100 mil millones de dólares adicionales en asistencia bélica a Ucrania e Israel incluía casi 14 mil millones en fondos para pagar mil 300 agentes más de la Patrulla Fronteriza, otros mil 600 funcionarios de asilo, mil 400 abogados y asistentes, 375 más jueces de migración, así como ampliar la capacidad de centros de detención de migrantes, entre otras medidas. El nuevo financiamiento, comenta la ex jefa del Servicio de Inmigración y directora de proyecto del Migration Policy Institute (MPI), para asegurar la frontera, es necesario procesar más rápidamente las solicitudes de asilo y permitir tiempo para que funcionen plenamente los nuevos sistemas de manejo del flujo migratorio implementados por el gobierno de Biden.

Agentes de asilo evalúan unos 514 casos diarios, la cantidad más alta jamás registrada, escribió Doris Meissner en un artículo para el MPI. Pero unas 5 mil personas en promedio ahora cruzan la frontera diariamente sin autorización. El problema es de capacidad, argumenta la ex jefa del servicio de migración, señalando que el número actual de casos de asilo pendientes en el país ya supera 2.7 millones de casos.

Pero los republicanos argumentan que mayor financiamiento para el sistema existente no es suficiente. Las propuestas de senadores republicanos presentadas esta semana incluyen permitir que los oficiales de asilo cuenten con la autoridad para negar más rápido solicitudes de asilo, limitar el uso de la llamada libertad condicional humanitaria que el gobierno de Biden ha utilizado para permitir que los solicitantes permanezcan en Estados Unidos mientras sus casos son evaluados, y reactivar efectivamente el programa Quédate en México, que obligaría a algunos solicitantes de asilo a esperar en el país vecino mientras se evalúan sus casos.

Los republicanos también obligarían a que el gobierno empiece de nuevo a detener a familias migrantes indocumentadas con menores de edad de manera indefinida, en lugar de liberarlos en Estados Unidos mientras sus solicitudes de asilo son evaluadas.

De inmediato, estas propuestas fueron condenadas por los líderes de los caucus Progresista, Hispano y Negro del Congreso. Líderes republicanos no ha podido avanzar su agenda antimigrante extrema y cruel a través del proceso legislativo normal, por lo que ahora intentan darle la vuelta al Congreso y utilizar dos guerras en el extranjero para forzarla en ley.

Pero reconociendo que necesitará apoyo republicano para obtener los fondos para Ucrania e Israel, la Casa Blanca ya ha iniciado consultas con legisladores demócratas sobre qué tipo de concesiones podrían aceptar sobre la frontera con México para financiar esas dos guerras, reportó Politico.

El problema político para el presidente Biden al entrar en un año electoral es que el número de intentos de cruzar la frontera por indocumentados en los últimos dos años fiscales es más alto que en cualquier otro año de este siglo. Estas cifras oficiales, acompañadas con imágenes de nuevas caravanas de miles de migrantes atravesando México hacia la frontera con Estados Unidos, son ahora parte constante de la propaganda electoral republicana.

El problema de fondo es que ninguna de las medidas bajo consideración en esta coyuntura funcionarán. David J Bier, del Cato Institute, un tanque pensante libertario, escribió en el New York Times que “Biden ha duplicado el número de migrantes detenidos en instalaciones de detención…. en espera de deportación y ha negociado acuerdos para reiniciar deportaciones a Venezuela y Cuba. Ha deportado a más personas a Haití en menos de tres años que Trump logró en cuatro”.

La solución, afirma Bier, es hacer todo lo contrario: “el presidente debería de abrazar –no frenar– la migración, y eso implica crear maneras viables para que la gente ingrese al país legalmente. Esto reduciría de manera dramática la migración indocumentada y resolvería muchos problemas relacionados”. Argumenta que Estados Unidos necesita desesperadamente inmigrantes. La tasa de crecimiento de la población está a su nivel más bajo en la historia estadunidense. Ya tenemos casi 10 millones de vacantes de trabajo durante los últimos dos años. Nuestra relación de trabajador a jubilado continúa desplomándose. Necesitamos más trabajadores, contribuyentes fiscales y colaboradores.

Por ahora, nadie en el Congreso y muy pocos asesores y analistas políticos están preparados para adoptar esta propuesta, ni otras que contemplan una reforma integral del sistema de migración.