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Enfermera mexicana pide no ser indiferentes al dolor de los palestinos

Desde que comenzó el asedio israelí no hay sosiego en Gaza

Michelle Ravell narra cómo sobrevivió a 26 días de bombardeos

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▲ Michelle Ravell, enfermera veracruzana.Foto tomada de video
 
Periódico La Jornada
Jueves 9 de noviembre de 2023, p. 26

Michelle Ravell, veracruzana, nunca dudó en dedicarse a la enfermería, porque me parece fascinante poder ayudar, cuidar a los demás. Esa decisión de vida la llevó, hace poco menos de cuatro años, a incorporarse a Médicos Sin Fronteras, organización humanitaria internacional que agrupa a más de 40 mil profesionales en el mundo.

Y esa misma decisión la llevó a la franja de Gaza, donde le tocó vivir durante 26 días los ataques de Israel. Hace una semana, la Secretaría de Relaciones Exteriores informó que fue posible la salida de Ravell de la zona de conflicto y que la connacional había llegado a El Cairo.

El relato de lo que vivió es pausado y se interrumpe en varias ocasiones. Le cuesta trabajo seguir, sobre todo cuando habla de lo que tuvo que dejar atrás: a sus compañeros y colaboradores palestinos. Temo por la vida de mis compañeros, y de esos niños que yo veía jugar y que sé que no están jugando más.

Tiene motivos fundados: uno de sus compañeros del hospital fue asesinado y otro perdió a su familia por una bomba. Yo quisiera tener una pizca de la humanidad que tienen ellos.

En entrevista colectiva, la enfermera mexicana narró que los bombardeos comenzaron un sábado, que era su día de descanso, y que desde entonces no hubo sosiego. Gaza era una ciudad muy poblada, con mucho ruido de la calle, pero ese día no se escuchaban ni las aves.

Siguió la enfermera: si bien Gaza es una cárcel, es una cárcel muy bella, por dentro tenía lugares muy bonitos, todo ha sido destruido, todo ha sido derribado, carreteras, cafeterías, panaderías, todo.

En Gaza, Michelle era capacitadora en un área de urgencias que ayudó a crear. Se trataba de llevarlos de la mano, de aprender a utilizar los equipos.

La situación de por sí precaria empeoró cuando comenzaron los bombardeos: Las capacidades de los hospitales están rebasadas, las cirugías se están llevando a cabo en el suelo, no hay luz, no hay combustible, hay escasez de antisépticos, no hay nada. Es verdaderamente terrorífico.

Cuenta que había compañeros que, literalmente, salían a arriesgar la vida para conseguir un poco de agua, algún alimento. A veces, Michelle llegó a desayunar tres galletas y un huevo.

La profesional de la salud pidió respeto a la actividad médica, pues en este mes de conflicto han bombardeado ambulancias, han matado pacientes, es una masacre.

Una colega preguntó sobre la situación de las mujeres en particular. A todos los están tratando de la misma manera, sean mujeres, hombres, niños, son seres humanos que están sufriendo.

Una pregunta más versó sobre la política de seguridad anunciada para el futuro por Benjamin Netanyahu: (De por sí) la gente no puede entrar ni salir de Gaza sin el permiso de Israel, no entiendo a qué se refiere esta política de seguridad.

Por último, la enfermera mexicana en Gaza pidió que, pese a la distancia, no seamos indiferentes, son personas que están sufriendo, han asesinado a miles y otros millones están sin los servicios básicos. La indiferencia mata.