Jueves 9 de noviembre de 2023, p. 20
A lo largo de los últimos años, la calificadora Moody’s –que este miércoles elevó su previsión de crecimiento para 2023– ha puesto en perspectiva negativa la nota sobre la deuda pública, además de cuestionar la capacidad de avance de la actividad.
6 de junio 2019. Moody’s modificó de estable a negativa la perspectiva de la deuda soberana del país, al argumentar un debilitamiento del marco de política en dos aspectos. Primero, políticas menos predecibles que afectaban negativamente la confianza de los inversionistas y las perspectivas económicas a mediano plazo. Segundo, menor crecimiento económico, aunado a cambios en la política energética y al papel que juega Pemex, que, según la calificadora, representaban riesgos para la perspectiva fiscal a mediano plazo.
Insuficiente consumo
20 febrero 2020. Los hogares contribuirán poco a la modesta recuperación de México
, indicó Moody’s. Señaló que si bien las remesas continuarían soportando el consumo, la confianza del consumidor y el lento crecimiento del empleo limitan el desarrollo. Subrayó que después de una década de crecimiento estable, la actividad económica cayó a su ritmo más bajo desde 2009.
Recorta calificación
18 de abril 2020. Moody’s degradó la calificación de la deuda emitida por el Estado mexicano, en moneda nacional y extranjera y mantuvo la perspectiva en negativa, al considerar una persistente incertidumbre
en torno a las políticas del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, la forma en que se enfrentan los desafíos económicos del país y la sostenibilidad de Pemex, a la que también redujo la calificación, con lo que perdió el grado de inversión.
Degrada deuda soberana
8 julio 2022. La agencia redujo de Baa1 a Baa2 la calificación de la deuda a largo plazo en moneda extranjera emitida por el gobierno mexicano al advertir sobre una débil perspectiva de crecimiento
de la economía y un aumento en el costo de los pasivos del sector público. Argumentó que la actividad económica continuaría afectada por débiles perspectivas de inversión y rigideces estructurales, factores que, dijo, impedirían revertir el impacto de la pandemia sobre la economía.