La multiplicación de manifestaciones en todo el mundo en contra de las acciones de Israel sobre el pueblo palestino ha llevado a los analistas a sugerir que esa nación y sus poderosos aliados están perdiendo la batalla de la opinión pública internacional.

Quizás al tanto de ese hecho, Israel ha apretado en el frente de la propaganda y desde hace unos días sus embajadas en todo el orbe difunden escenas del ataque perpetrado hace un mes por el grupo islamita Hamas.

Reportes de diversos medios dan cuenta de convocatorias a reducidos grupos de periodistas para asistir a reuniones a las que no pueden ingresar con teléfonos celulares, grabadoras ni cámaras.

Los periodistas han podido observar un video de 45 minutos de duración, confeccionado a partir de imágenes tomadas por cámaras que portaban los mismos atacantes, cámaras domésticas o de negocios, así como otras procedentes de las redes sociales.

Varios medios del mundo han dado cuenta de disparos a boca de jarro, personas ensangrentadas que son arrastradas de los cabellos, decenas de cadáveres en lo que fue un festival de música y muchas otras escenas de horror.

En México, la embajada de Israel convocó la semana pasada a una sesión cerrada en la que se proyectarían evidencias gráficas, videos e imágenes de los actos terroristas cometidos por Hamas contra la población civil. La pieza, decía la invitación, contiene material gráfico, fuerte y perturbador, destinado a proporcionar una visión completa y veraz de los eventos ocurridos.

Este diario acreditó a un responsable de la información, quien envió con días de anticipación copia de su identificación personal, como fue solicitado. Minutos antes del encuentro, un elemento de seguridad de la embajada impidió el ingreso del reportero acreditado con el pretexto de que no estuvo dispuesto a cumplir el protocolo de seguridad.