Javier Padilla, dibujante, pintor y escultor, y Vivir Quintana, compositora, cantante y activista, fueron premiados por su sobresaliente vida profesional, social y cultural, ejemplo para las nuevas generaciones, con la medalla al mérito Nazario S. Ortiz Garza 2023, que otorga Casa de Coahuila, la cual cumple 68 años de actividades en la Ciudad de México.

“Quintana es autora de Canción sin miedo y con su potente voz ha cimbrado las conciencias en la lucha contra la violencia hacia las mujeres y, de forma reciente, con La casa de la esquina emociona a los coahuilenses al rememorar a nuestros pueblos. En tanto, Padilla, con 58 años en la plástica, ha contribuido a cambiar el lenguaje estético con su paráfrasis y unidad mutable”, señaló Lilia Cárdenas, presidenta del recinto.

En su discurso de agradecimiento, Padilla recordó sus inicios. “Desde que era muy pequeño me la pasaba trazando e inventando mundos. Soy un artista que dibuja y un pintor que reinterpreta tanto el espacio puramente pictórico como el humano. He resaltado siempre el carácter figurativo en un universo de realismo mágico, en el que lo cotidiano, lo familiar, lo usual y lo característico de la conducta humana se manifiesta en las poses y costumbres de mis personajes.

Otra constante es la renovación de la imagen, que se hace realidad a través del dibujo y la experimentación tecnológica, precisó.

Habló de su batalla con el Parkinson. Compartió: “soy consciente de que el arte no va a curar esta enfermedad, tampoco voy a pintar o a dibujar mejor, pero sé que la constante creación de mi obra permitirá continuar con mi realización como artista, además de darme la satisfacción de cumplir con mis contemporáneos y conmigo mismo.

Vencí el covid, el aislamiento de la pandemia y voy ganándole al Parkinson con el apoyo de mi esposa, Rosalinda, mis hijos, nietos, hermanos y amigos. Seguimos en esta travesía del arte que no ha terminado, concluyó.

Quintana, cantora de estilo ranchero azul, renombrada en el mundo por su lucha contra la violencia de género, agradeció la distinción. Expresó su felicidad por estar en esta casa con las personas que sembraron la semilla para creer en mí, en mis creaciones. El amor de mis papás hizo que confiara en que podía acercarme a la música, aun con los miedos de que me dedicara al arte, porque a veces tenemos la creencia de que es difícil. A todos les agradezco con el corazón.

Rememoró que hace alrededor de siete años hubo un festival de cantautoras en este recinto. Ella estaba en el jardín afinando su guitarra, cuando se “acercó Lilia Cárdenas y me preguntó si era de Coahuila; le respondí que sí y le propuse que se quedara a escucharme, si le gustaba, podríamos hacer algo. Se quedó y me escuchó. Qué importante es hacer saber que se cree en nosotros. Díganle mucho a sus hijas y a sus hijos que son buenos para hacer las cosas que los apasionan. También estoy aquí para cantarles La casa de la esquina, que habla de Coahuila, de regresar a nuestras raíces, a esa casa donde fuimos felices”.

Así, el canto fuerte, y a la vez dulce, de Vivir Quintana puso punto final a la premiación de dos destacados coahuilenses.