Martes 7 de noviembre de 2023, p. 8
Hoy se hizo realidad el proyecto Charly García Corner con un espectáculo musical en Nueva York, con la presencia de músicos que tocaron con el artista y muchas otras actividades especiales. La esquina de Walker Street y Cortlandt Alley, donde se tomó la foto de la portada de Clics Modernos –disco fundamental en el rock en Latinoamérica– desde hoy se llama Charly García Corner.
El homenaje al argentino se llevó a cabo este lunes, a partir del proyecto que impulsó Mariano Cabrera, actor y director compatriota de García, radicado en esa ciudad estadunidense, y fue respaldado por el consulado de su país, publica el diario bonaerense Página 12.
En la ceremonia se presentó el grupo formado por el baterista Fernando Samalea, el bajista y tecladista Fabián El Zorrito von Quintiero, la cantante Hilda Lizarazu y los chilenos Kiuge Hayashida, a la guitarra, y Toño Silva a la batería, todos integrantes de distintas bandas de Charly.
El agasajo se extendió a las oficinas del consulado de su país; habrá un ágape y se prevé una jam session.
Milicia satirizada
Considerado por algunos como el mejor trabajo de la carrera de García, el álbum incluye referencias a la dictadura militar argentina, acompañadas de una lírica caracterizada por el tono sarcástico y humorístico de García.
Fue autoproducido y compuesto por el cantautor y se grabó casi totalmente en el Electric Lady Studios, en Nueva York, sala de Jimi Hendrix en Greenwich Village.
No viajé para hacer un disco. Pero en ese lugar, todo inspiraba. Me gusto la energía y quise componer y juntarme con algunos músicos para hacer algo
, contó alguna vez en una entrevista.
García contrató a Pedro Aznar para que se hiciera cargo del bajo y convocó al reconocido baterista Casey Scheverrell para que lo acompañe en esta aventura orientada principalmente al new wave, pero con algunos guiños pop.
Después de alquilar la sala, el artista pidió a los dueños que le recomendaran un productor musical. el mejor
, pidió.
Tras desembolsar varios billetes, llegó al lugar Joe Blaney, el ingeniero de sonido que acababa de producir un álbum de The Clash, y que a los pocos minutos de hablar con Charly, acordó embarcarse en el proyecto de grabar un disco.