Días de definición en la 4T // Los obstáculos para el carro completo // Vicios en el frente
or última vez, como lo hemos repetido desde hace varios meses en esta columna, la lucha por el poder en la Ciudad de México es la que definirá el futuro de la Cuarta Transformación y del gobierno de Claudia Sheinbaum. Nada más.
El dato, para muchos, nada tiene qué ver con su realidad porque la verdad, su verdad, parte de deducciones muy simplistas, tanto que pretenden reducir a una competencia sin mayor trascendencia lo que suceda en la capital, aunque el asunto es mucho más complejo, va de por medio el país, ¿se entiende?
Veamos. El mecanismo más importante para lograr los cambios que consolidarán el proyecto de la 4T está en el Congreso –diputados federales y senadores–, sin ese instrumento el tan anunciado plan C se frustrará.
Para lograr la mayoría que dé continuidad y profundice el proyecto se requiere entonces de la llamada mayoría absoluta, es decir, Morena no podría perder casi ninguna posición, algo que se conoce como carro completo
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En ese terreno las cosas no parecen ir bien y hasta parece que en el Zócalo se quiere ir hacia allá, porque si algo está bien entendido es que el proyecto no puede quedar trunco. Obligar a un naufragio con la idea de que las cosas pueden cambiar es apostar a perder.
No se puede jugar en contra de lo cierto. El asunto, como hemos dicho, es serio. Buscar soluciones caprichosas o de grupo sería traicionar la lucha que se inició ya hace más de tres décadas y en la que sólo importaba hallar soluciones a la injusticia.
No obstante, después de todo ese tiempo, hay quienes no entienden la trascendencia del proyecto y prefieren, en nombre de la izquierda, cancelar la historia emergente.
De todas formas, este es el momento de manifestar una tregua, de establecer un lapso de paz entre las tribus para impedir que se sigan haciendo daño y que crezcan los rencores. Esa podría ser una buena idea y aunque oficialmente ayer empezaron las precampañas, todo podría indicar que esperarán un par de días para anunciar el resultado de las encuestas en Morena, sin fuego amigo.
Lo malo es que quien no ha podido disciplinarse a las voces superiores y que se niega a ver realidades, ahora podría salir con que tampoco aceptarán una veda, a un cese al fuego, y eso tendrá consecuencias profundas en todo el proceso. Cuidado, así no se logra un partido ni se consolida una idea.
De pasadita
Eso de aguantar las ganas de guerra desde los dos bandos más fuertes en Morena es importante, pero más sería que en el equipo de García Harfuch se cuidaran de cierto tipo de acciones.
Confiar en las manos de Víctor Hugo Romo algún trabajo delicado es asomarse al abismo. Para nadie es desconocido el carácter trivial y frívolo del que fuera delegado en Miguel Hidalgo.
Por eso, el ex jefe de la policía tendría que deslindarse a tiempo de las jugarretas que construye Romo y que nunca o casi nunca resultan favorables.
No hay tiempo para descuidos entre sus simpatizantes; dejar pasar, así sea en tiempos tan difíciles como los actuales, podría acusar debilidad. Confianza es lo que desde muchos lados se demanda a las autoridades de la ciudad.
Y también es tiempo de dejar las cosas bien definidas antes de que alguno de los que sí saben hacer travesuras se les prenda en foco y nos salgan con que la inteligencia artificial también tiene una o un preferido, eso ya sería, de verdad el colmo.
Así que en las trincheras de Morena deberían aguantar sus instintos depredadores un poco para que las cosas salgan bien, aunque no les guste.