Sergio Pérez y Fernando Alonso se fundieron en un abrazo fuerte. De esos que se dan las personas cuando se prodigan respeto y se reconocen. Esto al final del Gran Premio de Brasil, donde ambos pilotos se disputaron el tercer lugar que se quedó el español, en el episodio más sublime de esta carrera. La lucha entre ambos por ese podio fue más emocionante aún que la victoria número 52 del Red Bull de Max Verstappen, que supera lo conseguido por Alain Prost. El segundo puesto fue para Lando Norris de McLaren.

Checo Pérez no subió al podio, pero dio una carrera digna de bañarse en champaña. El mexicano se batió en duelo, cara a cara, contra Alonso. Red Bull contra Aston Martin, en una persecución en la que intercambiaron la delantera por ese podio.

Sergio partió desde el noveno puesto de la parrilla y desde ahí inició el trabajo de zapa, pero sin precipitarse de manera suicida por ganar posiciones. Fue cerebral y audaz según lo exigía la carrera.

Rebasó los Mercedes, primero a George Russell, después sostuvo una pelea clave para dejar atrás al británico de Mercedes, Lewis Hamilton, quien terminó en octavo, el rival que persigue al mexicano en la disputa del subcampeonato. Después de esta carrera, Checo llegó a 258 puntos, que le dan un margen de tranquilidad ante los 226 de Hamilton quien no tuvo un gran rendimiento.

Cuando se colocó en cuarto lugar, Checo mantuvo la distancia y acechó con verdadera hambre depredadora la posición de Alonso, pero sin desbocarse. Con la cautela que le faltó cuando se lanzó de manera temeraria en el Gran Premio de la Ciudad de México, donde sólo corrió 800 metros antes de quedar fuera por un contacto que dejó inutilizable su monoplaza.

▲ El jalisciense y el español protagonizaron un final de película, en el cual Fernando salió victorioso.Foto @F1

Mexicano y español parecían unidos por un hilo invisible. No desaparecía la distancia que Alonso conservaba frente a Pérez. De pronto, a dos vueltas del final, Checo adelantó a Fernando de una manera imposible. Como si se hubiera desmaterializado para reaparecer enfrente, ni los espectadores ni el propio Alonso esperaban aquel rebase.

Entonces empezó un duelo fabuloso. Alonso perseguía con furia y Checo abría o cerraba las curvas pero con estrategia para impedir dejar espacios. Estaban a unos metros de la meta y Sergio se encaminaba a recuperar un podio que le ha sido esquivo en los últimos circuitos. Y otra vez la magia, Alonso reapareció ante el mexicano tras una curva en la que el jalisciense pisó de más el freno y le costó el podio del tercer lugar.

Era un objetivo el podio, muy cuidadosos con la frenada en la curva uno, con la presión de Checo, dijo Alonso extasiado.

Un gran premio caótico que dejó fuera a Charles Leclerc, el mismo que provocó el despiste de Checo una semana antes, cuando aún no empezaba la carrera; con un accidente aparatoso, otra vez de Kevin Magnussen como sucediera en la Ciudad de México.