Tijuana, BC., La temporada de otoño de la Sinfónica de San Diego comenzó ayer con una presentación única e histórica en Tijuana, bajo la batuta del venezolano Rafael Payare y con un programa que incluyó Kauyumari, de Gabriela Ortiz.

El concierto gratuito en la sala de espectáculos del Centro Cultural Tijuana (Cecut), regalo a la comunidad fronteriza, tuvo momentos emotivos no sólo porque en sus 113 años de existencia es la primera vez que la orquesta se presenta en la ciudad, sino porque Payare prolongó la noche con el Huapango de Moncayo.

El concierto fue presentado por el cónsul de México en San Diego, Carlos González Gutiérrez, como un triunfo de la diplomacia cultural, donde el trabajo de Martha Gilmer, directora ejecutiva de la orquesta, y la disposición de Rafael Payare fueron determinantes.

200 años de relaciones binacionales

Este año, el Cecut ha sido escenario de exposiciones y conciertos con carácter binacional, en el contexto de la conmemoración de los 200 años de relación entre México y Estados Unidos, en la que esta presentación también fue parte.

Payare, director que vibra y contagia su emoción, hijo de El Sistema, fundado en Venezuela por José Antonio Abreu, trabajó de la mano del Cecut durante las pruebas de sonido para elegir el mejor espacio, como parte de la preparación del concierto que movilizó a 80 músicos.

Así habló Zaratustra Op. 30, poema sinfónico de Strauss, abrió el programa seguido de The Abreu Danza no. 4 y 5, de David Chesky, ganador del Grammy Latino, y Kauyumari, de Gabriela Ortiz.

Martha Gilmer señaló que la inclusión de compositores contemporáneos de México y el mundo es parte del repertorio habitual de la orquesta, porque Rafael Payare impulsa una vasta gama... y Gabriela Ortiz es uno de los muchos compositores mexicanos contemplados para interpretar.

Así empezó el primer diálogo con las audiencias mexicanas de la Sinfónica de San Diego, porque, como dijo la directora del Cecut, Vianka Robles Santana, el sonido no tiene fronteras.