Madrid. Craig Mokhiber, director de la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, dimitió ayer en protesta por la forma en que el organismo ha gestionado la situación en la guerra contra la franja Gaza.

En su renuncia expuso que quedó dolorosamente claro que la ONU falló en su deber de cumplir con los imperativos de prevención de atrocidades masivas, de protección de los vulnerables y responsabilidad de los perpetradores.

Mokhiber confirmó que envió una carta al Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Volker Turk, en la que denunció que estamos viendo un genocidio ante nuestros ojos y las organizaciones de la ONU no parecen tener poder para pararlo.

Explicó que en los casos de genocidio en los que ha trabajado, como el bosnio, yazidí o rohingya, Naciones Unidas ha fallado en su cometido de prevenir las atrocidades masivas, proteger a la población vulnerable y hacer que los responsables rindan cuentas. Como abogado de derechos humanos con más de tres décadas de experiencia, sé bien que el concepto de genocidio ha sido objeto de abuso a nivel político, pero la actual carnicería contra el pueblo palestino (...) no deja ningún espacio para dudar.

Señaló que Israel ha llevado a cabo ataques aéreos en Gaza contra escuelas, iglesias, mezquitas, instituciones médicas e instalaciones civiles, y denunció los pogromos contra la población palestina en Cisjordania. Criticó a Estados Unidos, Reino Unido y los países europeos por ser cómplices y recordó que muchos están armando a Israel con ayuda económica, mientras que otros proporcionan ayuda diplomática y política.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres lanzó ayer desde Lumbini, un llamado a la paz, en particular en Oriente Medio, Ucrania, Sahel y Sudán.

La ministra canadiense de Exteriores, Melanie Joly, dijo que se necesita un acuerdo humanitario de forma urgente en Gaza.