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La marcha de la economía estadunidense: la última
C

oncluyamos nuestra reflexión sobre la economía de nuestros vecinos, con un breve repaso sobre su deuda pública. Ya compartimos algunas inquietudes sobre monto, estructura y dinámica: pública (1/3) y privada (2/3). Y de una deuda mundial actual de 310 millones de millones de dólares.

Compartimos datos del Instituto de Finanzas Internacionales, del World Economic Forum y del Fondo Monetario Internacional (www.iif.com, www.weforum.org, www.ifm.org). Vimos que en 30 por ciento la deuda mundial corresponde a las corporaciones no financieras, en 28 por ciento a los gobiernos, en 23 por ciento a las corporaciones financieras y 19 restante a los hogares.

No nos sorprendimos de ratificar que nuestros vecinos son los más endeudados de mundo, con casi 100 millones de millones de dólares, de los casi 310 millones de millones de deuda mundial, tampoco nos sorprendió ratificar que el principal deudor de los deudores en el mundo es el gobierno estadunidense, con 34 por ciento de 30 por ciento de la deuda mundial. Sí, casi el 10 por ciento de la deuda actual.

Perogrullo insiste en subrayar que los contribuyentes vecinos son responsables de servir y pagar la décima parte de la deuda mundial. Parece poco, pero no lo es. Asimismo, parecen no tener problemas para servirla y pagarla, pero si lo tienen. Y están profundamente divididos en cómo hacerlo o cómo no hacerlo, y han llegado a esa terrible situación por el apoyo desmedido a las corporaciones financieras, en un contexto de estancamiento secular de la rentabilidad general de la economía.

Es una grave conclusión al estudiar la economía vecina en una perspectiva de larga duración –al menos unos cien años de comportamiento de deuda, producto, empleo, ingreso, tributación, entre otros elementos– y es que, por ejemplo, al inicio de los años 50, las corporaciones estadunidenses proporcionaban la tercera parte de los ingresos gubernamentales, actualmente menos de 10 por ciento. También a principios de los 50 las personas contribuían con 40 por ciento de esos ingresos, actualmente con poco más de la mitad. No sólo no han bajado, han aumentado su participación.

En este contexto de reflexión sobre la marcha de la economía estadunidense me sorprendió el jueves pasado una afirmación del secretario de Hacienda. Sí, en el coloquio internacional sobre la Transformación Democrática en Disputa organizado por el Programa Universitario de Democracia y Justicia Social (PUEDJS) de nuestra UNAM. Me incita –lo haré– abrir una serie de comentarios –ahora sí– sobre la marcha de la economía mexicana, incluyendo aspectos sustantivos como su deuda, su dinámica y su estructura económicas, su inversión, su empleo, su salario, entro otros elementos.

¿Qué dijo el Doctor Ramírez de la O? En el marco de lo que llamó cinco ejes conceptuales de la acción gubernamental actual (uso renovado del presupuesto, corrección de ingresos bajos, contención de precios de hidrocarburos, promoción de infraestructura e impulso a la relocalización industrial) indicó que nuestra política de deuda es muy diferente a la de nuestros vecinos. Ellos –aseguró– pueden endeudarse porque la mayor parte de su deuda está en su propia moneda. Y pueden –subrayó– emitir dinero a través de la Reserva Federal, para servir o pagar, al menos, la parte en dólares. Muy importante observación. Requiere ser analizada en el marco de la reflexión sobre las perspectivas de la economía mexicana ante el cambio de gobierno. Hay propuestas interesantes, algunas se formularon en el coloquio señalado y otras ya circulan. Por ejemplo, las del Grupo Nuevo Curso de Desarrollo, que nos ofrece lo que sus miembros denominan Propuestas para los próximos años.

Interesantes. Las veremos. De veras.