Viernes 27 de octubre de 2023, p. a12
Detener a Josh Allen es un reto que muy pocos rivales consiguen. Ya sea por aire o por tierra, el versátil mariscal de campo de los Bills es una amenaza latente y en esta ocasión los Bucaneros de Tampa Bay pagaron el precio por intentarlo ayer como visitantes en el Highmark Stadium, en Nueva York, al caer 24-18 ante Búfalo.
Un pasador tan corpulento como un apoyador y tan ágil como un esquinero, pese a medir casi dos metros, es un talismán para cualquier equipo en una liga donde el contacto físico es crucial para salir adelante. En la primera mitad, Allen manifestó sus habilidades tanto con el brazo como con las piernas al anotar acarreando el balón y conectando un pase a su ala cerrada Dalton Kincaid, más tres puntos que llegaron de los botines del pateador Tyler Bass.
El rival no se mostró asustado y cada ráfaga de los locales fue respondida de la misma forma. Baker Mayfield, mariscal de Tampa Bay, vulneró la defensiva contraria al conectar un pase de anotación con su receptor estrella Chris Godwin, junto a un gol de campo que concretó Chase McLaughlin.
En el tercer cuarto, Allen lanzó su segundo pase a las diagonales de la noche para que Gabriel Davis ampliara la diferencia y con esto perfilara el triunfo de los dirigi-dos por Sean McDermott. En su intento por remontar, los Bucaneros anotaron con Mike Evans en los últimos minutos del encuentro, para así junto a la conversión de dos puntos, acercarse a una anotación y poner suspenso al final del juego.
Pese a lo anterior, el tiempo fue un factor determinante y el intento de remontada no pudo concretarse, ya que los Bills ejecutaron jugadas de acarreo para agotar los últimos minutos. Con un par de segundos en el reloj, Mayfield lanzó un pase de más de 50 yardas a zona roja, que estuvo cerca de conectar con Godwin, quien no identificó a tiempo la caída del ovoide decretando el triunfo para los de Nueva York.
Las esperanzas de los Bills de levantar un trofeo de Supertazón por primera vez en su historia están puestas en Allen, quien pese a tener grandes campañas desde su llegada en 2018, aún no ha conseguido ser determinante en la postemporada.
En el juego de ayer superó las 300 yardas por aire, con un par de anotaciones y una intercepción, para acercarse con un récord de 5-3 a los líderes Delfines de Miami (5-2).