uerpo diverso animal es el título de la primera exposición individual retrospectiva de la pintora y grabadora Patricia Soriano Troncoso (Ciudad de México, 1964). Es una revisión de diversos periodos de trabajo a lo largo de más de 35 años de producción. Se inaugura el 28 de octubre en el Museo Nacional de la Estampa (Munae), que pertenece a la Red de Museos del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal).
La selección de la obra, curada de manera escrupulosa, certera y puntual por Jorge Reynoso Pohlenz (Ciudad de México, 1968), es un recorrido que va desde la gráfica de pequeño formato de principios de los años 80 con contenidos curiosos, cargados de humor, que van transmutándose en imágenes temáticas autorreferenciales, en las que la artista rinde homenaje a José Guadalupe Posada, al grabador español Francisco de Goya y a Leopoldo Méndez, así como a otros miembros destacados del Taller de Gráfica Popular.
La exposición alude al cuerpo humano, al cuerpo y rostro de la autora, a sus afectos inmediatos; atiende la necesidad de visibilizar la trasmutación, no solamente del ser humano al convivir con los animales, sino también en cómo hemos adiestrado, violentado, extinguido y maleducado a las especies, principalmente al ser humano.
Cuerpo diverso animal es una trilogía que nos presenta como animales sensibles, violentos, mutilados, en comunión con la naturaleza, con la guerra, con la muerte. En la exposición existen gráficas de gran formato, piezas de exploración modular; es decir, la integración de varias planchas en diálogo que conforman una sola imagen, hasta un grabado performático impreso con una aplanadora.
A la tierna edad de 21 años, Soriano inició su trabajo de docente en la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional Autónoma de México (antes Escuela Nacional de Artes Plásticas), donde continúa impartiendo clases de dibujo y pintura, y en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, del Inbal, acompañando y formando a generaciones de jóvenes con el fin de que conozcan sus capacidades artísticas propias del ser humano y exploren a fondo el lenguaje del dibujo por medio de varios métodos.
Como maestra, la caracterizan el compromiso, la entrega y la cercanía hacia los alumnos, con quienes crea un vínculo estrecho, casi como cómplice de sus proyectos personales.
Artista excepcional, Patricia Soriano toma el arte como un aliento de libertad, de lucha y de existencia, como un boleto de viaje que le ha permitido conocer el viejo continente y los grandes museos, así como el estudio del pintor y grabador italiano Emilio Vedova, cuando obtuvo una beca en los años 90 por la Sociedad Dante Alighieri.
La gráfica de Patricia Soriano tiene potencia expresiva, gestual y expresionista; es el medio por excelencia de la visibilidad, de la estética, de la imagen plástica. Es la mezcla entre la fantasía y la vida real, porque encuentra en sus autorretratos, en sus sueños, predilecciones autorales, todo un acervo de trabajo inagotable; es una bitácora cotidiana donde rinde homenaje a sus perros, a los grandes maestros de la pintura y el grabado; su gráfica habla de violencia de género, de situaciones históricas, como el 2 de octubre de 1968, entre otros temas.
La obra de Patricia Soriano enriquece sin duda la historia del arte gráfico nacional. Ella y su obra se encuentran íntimamente inseparables, conectadas, porque Soriano es lo que graba, y lo que graba en las placas es un estilo genuino, propio de una artista dedicada a esta disciplina durante las pasadas cuatro décadas.
Cuerpo diverso animal es un homenaje a sus dos perros, Güero y Pepino, compañeros de vida, modelos de afecto, de compañía, de diálogo y comunión. Es un gran festejo a la sociedad, a México y a las instituciones que hacen posible esta exposición, pero sobre todo es un homenaje de amor a ella misma.