Martes 24 de octubre de 2023, p. a11
El viaje de mil 486 kilómetros desde Puebla a Cancún que el equipo de futbol americano Lobos BUAP tenía que haber recorrido en 25 horas, según la previsión original, finalmente les llevó cerca de 70, poco más de tres días. En su camino para enfrentar a Leones de la Universidad Anáhuac quintanarroense, en un partido de la Conferencia Nacional de la Onefa, los jugadores denunciaron en redes sociales ir en un camión que derramaba diésel sobre la carretera, con acrílicos en lugar de ventanas y choferes sin experiencia, que, en su afán de evitar casetas de cobro, acumularon retrasos ante el cambio de rutas.
Llegamos a la Universidad Anáhuac a las 18 horas, después de 33 horas de viaje. Compañeros de Leones nos facilitaron alimentos, porque sólo nos detuvimos a comer en el municipio de Minatitlán
, relata a La Jornada Andrés Sánchez-Caballero, receptor abierto de Lobos. “La universidad nos dio a cada jugador 400 pesos de viáticos, para un viaje donde íbamos a necesitar más de tres comidas al día. Continuamente nos mandan sin ayuda, poniendo en riesgo la integridad de los estudiantes-atletas y el staff de coacheo”.
A su llegada al estadio Coliseo Maya, casa de Leones, los poblanos compitieron sin éxito ante los anfitriones (perdieron 43-15), pero no renunciaron a su rol representativo como equipo de la BUAP. A medianoche, después del partido, salimos de regreso a Puebla. Pero al camión se le reventó la manguera de suspensión debido a las malas condiciones y nos quedamos varados cerca de Villahermosa. Ahí estuvimos más de cinco horas sin que ninguna autoridad se comunicara con nosotros
, agrega Sánchez-Caballero, portavoz de los 35 jugadores, cinco miembros del staff y tres coaches.
Los integrantes de Lobos contactaron al gobierno estatal, que resolvió enviarles un camión desde Tabasco. “Tres o cuatro horas más tarde, en la BUAP vieron la ‘probabilidad’ de mandarnos otro”, apunta el receptor abierto, señalando como responsables de la logística y apoyos a la plantilla a los maestros Miguel López y Carlos Osorio, además del encargado Juvenal Vargas.
Sobre el límite de las 70 horas de viaje, los estudiantes-atletas fueron retenidos por personal administrativo de la BUAP en una gasolinería del circuito Juan Pablo II, donde más jugadores compartieron videos en sus cuentas. Nos dijeron que teníamos que llegar por nuestros medios, porque lo que hicimos al exponerlos no estuvo bien
, resalta. Tras varios minutos el equipo ingresó de nuevo a la casa de estudios.