Martes 17 de octubre de 2023, p. 16
El número de refugiados en el mundo se disparó el año pasado a una tasa sin precedente en más de tres décadas. Estas personas son recibidas en su mayoría por países de ingresos medios y bajos, que no reciben ayuda internacional para gestionar estos flujos migratorios forzados en la misma proporción que se reasignan estos recursos a las economías de ingresos altos, de acuerdo con datos recuperados por el Banco Mundial.
A nivel internacional se registró una población de refugiados de 35 millones 300 mil 385 el año pasado, cifra que revela el crecimiento anual de 30.2 por ciento respecto a las 27 millones 120 mil 192 personas que hasta el cierre de 2021 habían sido desplazadas de sus lugares de origen. Este incremento representa una presión económica y fiscal para los países de acogida que en su mayoría son economías de ingreso bajo y medio, según el informe sobre migración publicado por el organismo financiero internacional.
Con datos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), el Banco Mundial muestra que 78.1 por ciento de la población refugiada hasta el cierre del año pasado fue recibida por países de ingreso medio y bajo, 60.5 por ciento en los de ingreso medio –como México o cualquier economía de América Latina y el Caribe– y hasta 17.6 por ciento por economías de ingreso bajo –las cuales se concentran sobre todo en África subsahariana–.
El resto de los refugiados (21.8 por ciento) son recibidos por países de ingresos altos, donde se concentra la ayuda financiera de la comunidad internacional. En 2018-2019, alrededor de 43 por ciento de estos recursos se utilizó para acoger a refugiados en países donantes de altos ingresos. Casi la totalidad del monto restante se destinó a países o regiones específicas, de los cuales casi la mitad fue a Medio Oriente
, señaló el organismo.
La acogida implica un fenómeno micro y macroeconómico. De acuerdo con el informe Migrantes, refugiados y sociedades, muchos desplazados terminan en lugares donde las oportunidades laborales son limitadas, generalmente en áreas económicamente rezagadas de ingresos bajos o medios cercanas a la frontera
. Por otro lado, esos países que los reciben necesitan absorber, aunque sea temporalmente, grupos numerosos de personas que no pueden contribuir fácilmente a su economía.
El desafío de compartir la responsabilidad es grave porque la mayoría de los refugiados son acogidos en un pequeño número de países, normalmente países de ingresos bajos y medios que limitan con los países de origen
, destaca el Banco Mundial. No obstante, la falta de reglas jurídicamente vinculantes explícitas que definan la forma en que los estados deben cumplir con la obligación de compartir las responsabilidades para acoger a los refugiados crea incertidumbre
y es el núcleo del sistema internacional de protección de refugiados
.
El organismo consigna que apoyar la acogida de refugiados en países de ingresos bajos y medianos cuesta en promedio a la comunidad internacional 585 dólares anuales por individuo, cantidad que se ubica por debajo del ingreso promedio per cápita de los países de ingreso bajo (de 743 dólares en 2019), y aún más alejado de la renta media en los países de ingresos medianos, que es de 5 mil 499 dólares.
Los datos recuperados por el organismo y la Agencia de Obras Públicas y Socorro de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (UNRWA, por sus siglas en inglés) muestran que su número se más que duplicó en la última década y, según la información más reciente, 5.9 millones de refugiados (16.7 por ciento de los desplazados por la fuerza de sus hogares) son palestinos.